Revista Viajes

Mi paso por el infierno de Auschwitz. Polonia, un destino de valientes

Por Andresturiweb Andrés Romero Montero @andresturiweb

 

No estoy acostumbrado a escribir sobre mi parte viajera, pero después de mi viaje a Polonia el sentimiento acumulado tenía que salir de alguna forma. Creo que antes que mi sensaciones se vean alteradas por el paso del tiempo me gustaría recoger en un artículo lo que mi paso por Cracovia y en concreto por el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau me transmitió.

Estamos acostumbrados a escribir sobre “que ver, que visitan, que conocer, donde comer…”, pues este tampoco será el artículo en el que se recoja todo eso, para eso ya está la Lonely Planet o la guía en PDF que te genera Minube, que por cierto me vino de lujo. Quiero hacer un repaso de mis sensaciones por el lugar, algo más personal y también mas sustancial, ya que si algo te llevas de un lugar así son las sensaciones y las impresiones de uno de los momentos más trágicos del paso del ser humano por la tierra.

Como he comentado, no me quiero quedar con el lugar físico, sino con las impresiones que deja un lugar en el que 1.300.000 seres humanos perdieron su bien más preciado

Después de pasar por un lugar así no puedes quedarte indiferente, eres otra persona con una perspectiva de la realidad totalmente cambiada. Cuando me miro al espejo incluso puedo sentir un pequeño rencor por como el ser humano puede llegar a realizar tales atrocidades. Lo mejor que puedo hacer en este momento es sintetizar mi sentimiento en base a mi visión de técnico turístico.

¿Que es lo que para mí representa una puesta en valor de un lugar así?

  • La crudeza del terror.

Auschwitz es un gran museo de los horrores. La musealización es cruda, todo está enfocado en tragedia, muerte y destrucción. No hay ningún lugar para la esperanza ni para la ternura. La certeza de la existencia de pequeñas alegrías sólo lo hace aún más duro. Concebido para servir de reflejo de una de las época más oscuras de la historia, está ahí para recordarnos lo que nunca debe volver a ocurrir.

  • El detalle de la tragedia.

Si algo te estremece en un lugar así son los detalles. Las estancias, algunas de ellas mantenidas como si acabaran de quedar vacías, las pilas de enseres de los prisioneros, tan cotidianos como lo que cualquiera llevaría en la maleta, las interminables vallas metálicas coronadas por alambres de espinas… No puedes evitar sentirte sobrecogido al recorrer el lugar en que hace 70 años murieron alrededor de un millón de personas, sufriendo las mayores barbaridades. En un sitio así solo hay lugar para el silencio, sobrecogimiento y reflexión.

  • La valentía de un pueblo.

Durante la visita sufres un auténtico bombardeo de sensaciones. Los sentimientos se agolpan en tu cabeza simplemente al atisbar todo lo que debió  suceder allí. Y entonces tus ojos se cruzan con las filas de turistas y es como una colisión. Me parece heroico cómo han podido sobreponerse a un golpe tan duro y mostrar las intimidades de su historia. Polonia es un país de valientes, de luchadores y de personas que utilizan su historia para enseñar al mundo los errores del pasado.

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  • La tiranía del ser humano.

Estamos acostumbrado a no asombrarnos, a ver imágenes trágicas en las noticias mientras comemos y apenas quitarnos la cuchara de la boca. La sensibilidad se pierde o se aletarga, no sabría muy bien como explicarlo. Tras pasar por uno de los bloques y ver cientos de fotos de seres humanos me quedé petrificado, cientos de miles de familias destrozadas, de personas que nunca sabrán lo que es volver a ser libres. ¿Os imagináis lo que es eso? Eso lo han hecho personas con infancia, hijos de vecinos, el movimiento de un pueblo, ideologías extremas, odios infundados… vidas destruyendo otras vidas.

 

Mucha gente os hablará del lugar de una forma trágica, y es normal. Esa amargura podéis verla en mis palabras o en las fotos que os paso. No es “un paseo por el campo”, pero me parece uno de los mejores emplazamientos para conocerte más a ti mismo y  una parte muy importante en la historia de la humanidad. Pienso que no hay forma más efectiva de conocer otras realidades que profundizando en su cultura y su idiosincrasia, y visitar este lugar es una de las mejores formas de no olvidar los horrores de la Segunda GerraMundial para que no vuelva a suceder.

 


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