Papá y mamá me llaman dulcemente mi PEGATINA.
Aún no lo he entendido, pero todos dicen que me viene como anillo al dedo.
Editorial: Abresueños (2022)
Nº de páginas: 32
Formato: Tapa blanda
Precio: 14,90 €
La una a los textos y el otro a las pinturas. Perfecta orquestación para interpretar la pieza del día, Mi Pegatina, inédita, aunque con la pretensión de convertirse en un clásico. No es necesario más diapasón que la predisposición a pasar un buen rato, leyendo, mirando...
La editorial Abresueños hace un buen trabajo de selección y de edición, y ello se nota en la entrega del examen final. Buena nota y suerte para el siguiente trabajo, para el siguiente curso. Como premio por las buenas notas, una pegatina.
Un niño puede ser muchas cosas, incluso una calcomanía. Ser pegatina se convierte en un piropo, pues sólo el amor le concede dicho estatus. Puede ejercer de pegamento de una pareja e incluso de cuchillo para disecarla, pero nuestro personaje es tan entrañable...
Un álbum ilustrado que transmite y que hace sonreír, casi nada con los tiempos que corren. Una historia basada en hechos reales, una aventura vital a color que comienza en el mismo momento del nacimiento y abarca cualquiera de las escenas que se repiten cada día en cada casa. Únicamente en aquellas en las que el cariño se dispensa en cucharadas de azúcar desmedida o en largos baños en los que da tiempo a peinarse de un modo... heterodoxo.
Pilar conoce su oficio y llega con sus frases a congeniar con el lector, joven o adulto, y José hace lo propio con su extensa paleta de colores, eligiendo con acierto el modo de representar cada escena de manera que éstas queden grabadas en las retinas. Una historia de amor y unión, mucha unión, contada desde la perspectiva de un niño que quiere a sus padres del modo más puro.
Es quizás, éste, el género literario que pase más desapercibido al público general, empeñado en conseguir por un mismo precio un mayor número de caracteres sin darse cuenta que los álbumes ilustrados, en cambio, se pueden leer muchas más veces, aguantan perfectamente el cambio generacional y sirven de inspiración para largas horas de dibujos y manualidades. Se trata de un arma socorrida para noches sin sueño de niños que deben descansar y hasta los abuelos más madrugadores pueden hacer uso de la mejor de las medicinas, eso sí, sin efectos secundarios.
Una pegatina puede quedar atrapada entre dos cuerpos, ser portada como mochila, agazaparse bajo la sombra de un adulto e incluso preparar el papel higiénico que se dispensa durante y tras momentos... delicados...Pero también puede sustituir a los dispositivos Alexa que tan de moda se han puesto. Eso sí, a la larga resultan más caros.
Hágase con una pegatina y si encuentra algo mejor... devuélvala...
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: Mi pegatina