Revista Opinión

Mi pequeña y gran confrontación de sentimientos

Publicado el 12 septiembre 2019 por Carlosgu82

MI PEQUEÑA Y GRAN CONFRONTACIÓN DE SENTIMIENTOS
Hola, Mariposa!. Por segunda vez, hoy, al igual que ayer, no sé cómo comenzar a describir todo cuanto he sentido y experimentado, casualmente, en compañía de tu reciente compañera, soledad. Debo confesar que, gracias a Dios, me he podido alimentar y apoyar en la idea de saber que ahora no estás sola, al tiempo que la misma idea me desploma al imaginar que estas íntimamente muy acompañada.

Dicho de otra manera, me encuentro en una difícil etapa de contradicción tras contradicción y confrontación tras confrontación interna, las cuales sorpresivamente se desarrollan entre la mente y el corazón como una lucha feroz y titánica entre dos timoneles que, con visiones distintas, intentan enrumbar mi vida por la ruta más conveniente, es decir una disputa entre un sentimiento de amigo que te aprecia y un sentimiento del alma que te desea y ama. Uno que anhela verte bien y feliz sin importar con quien y otro que, al mismo tiempo, está dispuesto a desafiar tu ausencia y la distancia en el tiempo con el firme deseo y esperanza de volver a encontrarte para comenzar de nuevo en otro espacio y nueva dimensión.

Es una permanente confrontación entre un sentimiento decidido a apoyarte y otro a rescatarte para tenerte. Uno capaz de comprender tu derecho como ser humano y otro terco y egoísta presto a ignorar tu necesidad de compañía. Uno que me alivia y eleva la tranquilidad al saber que no estás sola y otro que me ahoga de angustia y sumerge en la tristeza al pensar que otros brazos te abrigan.

Es una enorme contradicción el experimentar un sentimiento que me llena de satisfacción al sentir la bendición de contar con tu amistad y otro que me aplasta y crea un inmenso vacío al saber que ya no permites acariciar tu cuerpo. Uno decidido a ser tu mejor confidente y otro empeñado en seducirte hasta despertar tu cuerpo ardiente.

Es una lucha muy discreta entre un sentimiento capaz de abrazarte para cobijarte y otro con un deseo insaciable de acariciarte. Uno dispuesto a secar las lágrimas hasta aliviar tu dolor y otro deseoso de sobrevivir atrapado en tus gemidos de ardiente pasión. En fin, no se si te amo mucho o muy poco… SÓLO SE QUE TE HE AMO


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