Revista Cine

Mi perra Tulip, de J.R. Ackerley

Publicado el 02 octubre 2013 por Meg @CazaEstrellas
Hola, me llamo Rocío, soy de Málaga y voy a hablar mal de un libro. Lo digo porque está el ambiente un poco tenso con el tema de que nos ocultamos tras el anonimato de las masas blogueras al discrepar sobre un libro...En fin, es un tema y una polémica que no va conmigo, pero quería aclararlo. Lo que viene a continuación es tan sólo mi opinión, libre y subjetiva. Y sin más dilación, voy al grano.
Mi perra Tulip, de J.R. Ackerley ¿Por qué decidí leer  "Mi perra Tulip", de J. R Ackerley?  Me gustan las historias sobre perros porque, salvando las distancias, me suelo sentir identificada con ellas y entiendo a los protagonistas (calidad literaria al margen), pero eso no ha sucedido aquí...
 Se trata de una novela autobiográfica. Ackerley  no se consideraba  un amante de los perros cuando, ya en plena madurez, decidió hacerse con un pastor alemán. Él fue el primer sorprendido cuando se convirtió en el amor de su vida, el «amigo ideal» que había buscado  durante mucho tiempo.
La novela tiene muy buenas críticas (profesionales) y su creador goza de bastante prestigio. Afronté la lectura con predisposición a su disfute, pero me ha decepcionado enormemente. El autor, basándose en la afirmación de que muchos olvidamos la naturaleza animal de nuestras mascotas, se centra en las características fisiológicas de su animal, de tal modo que dedica varias páginas seguidas a describir las heces de su perrita Tulip, al igual que dedica varios capítulos a la sexualidad de su perra y sus periodos de celo. Así, llega a comentar lo maravillosa que es la naturaleza cuando la vulva de su perra se inflama (¡¡¡!!! ¿¿¿???).Mi perra Tulip, de J.R. AckerleyYo no me hago la tonta ante la naturaleza de mi perro, sé que Enzo no es un bípedo. Sé que no me va a contestar cuando le hable, pero desde luego no baso mi relación con él en esos detalles. Creo que hay formas más elegantes de describir la experiencia de tener una mascota y, si no me interesa literariamente la reacción de una vulva humanoide ante determinadas circunstancias, menos me va a interesar la de una perra.  Creo que algunos autores se valen de su talento para expulsar los agujeros negros que tienen en su cerebro, y este libro es un ejemplo de ello. Me llevo una imagen bastante neurótica de Ackerley, como Woody Allen, pero sin gracia ni chispa alguna.En definitiva, no me ha gustado, no me ha llegado, no he sentido empatía alguna, ni siquiera en los momentos supuestamente más emotivos de la relación entre perro y amo. Algunos fragmentos me han parecido grotescos. Un despropósito.Insisto en que se trata sólo de mi opinión. Es más, me encantaría abrir mi mente y que alguien que lo haya leído me ilustre sobre las bondades de este título. ¿Hay alguien en la sala?

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