Mi primer libro de la noche es un recurso estupendo para que los peques vayan habituándose a la rutina del sueño. Al ser un libro sensorial les acerca al mundo de las sensaciones a través del tacto, tan necesarias en los primeros años de vida.
Gracias a la Editorial SM y su iniciativa Hacemos Lectores hemos podido conocer de primera mano todos los alicientes que tiene para los pequeños. Es el estilo de libro que rápido se convertirá en uno de los preferidos de los peques de menos de 2 años.
Mi primer libro de la noche
Como característica principal, se ve a primera vista que Mi primer libro de la noche es un cuento muy resistente. De los que van a aguantar carros y carretas, que todos sabemos que cuando a nuestros hijos les gusta un libro no paran de explorarlo, tocarlo y manosearlo.
Y precisamente esto es lo primero que tenemos que tener en cuenta, que sean libros adaptados a su ritmo. Fáciles de manejar, de tapas duras y páginas gorditas. ¡Pues éste cumple todas las expectativas!
Para las manitas de los pequeños es necesario que las hojas sean gruesas, de cartón rígido. Así podrán pasarlas una y otra vez, mientras observan detenidamente cada una de las ilustraciones.
Imágenes claras y coloridas
Lo siguiente que nos encanta es precisamente éso, sus ilustraciones. Cada una de las páginas que vas pasando se distingue de la anterior por su enorme gama de colores. Son dibujos que llaman muchísimo la atención de los peques, en tonos vivos y alegres.
Están diseñados de forma que todos ellos resaltan sobre el fondo de la página. De este modo, el niño identifica la figura enseguida y va aprendiendo a nombrarla conforme avanza en sus descubrimientos.
¡Y hay muchas cosas familiares en este libro para que él descubra! La temática de las ilustraciones gira en torno a objetos cotidianos que al niño le resultan ya conocidos. Está muy acertadamente basado en objetos relacionados con la noche.
Leyendo Mi primer libro de la noche con nuestros peques, éstos irán identificando: la luna, una lechuza, un gato, un pijama... Son imágenes que pronto asociarán al ritual de irse a la cama. Es precisamente en estos momentos, cuando buscamos que el peque se vaya relajando. Por eso, acostumbrarle desde el principio a la lectura antes de dormir es algo muy beneficioso.
Tocando y sintiendo
Y la guinda del pastel, sin duda, es sus maravillosas texturas. ¡Cada una de las ilustraciones tiene un tacto distinto! Ya sabemos la importancia de este sentido durante los primeros meses de vida.
Los niños se guían por el sentido del tacto desde el primer momento. Exploran el mundo a través de las sensaciones que éste les produce. Continuamente quieren tocarlo todo, interactuar con los objetos y percibir la realidad a través de ellos.
Mi primer libro de la noche consigue despertar sus sensaciones. Desde la página de portada, pasando por todas las hojas del interior. Cada objeto tiene una textura nueva, con infinitas posibilidades para las manitas infantiles.
Descubrirán a través de su piel las diferencias entre rugoso, suave, áspero... Para que os hagáis una idea: la imagen del búho combina en su composición ¡hasta seis texturas distintas! La suavidad de los ojos, las plumas en relieve que resaltan en sus alas, los diferentes volúmenes de su cuerpo...
Hay una continua emoción al pasar los dedos sobre los dibujos. Nos gustan mucho las texturas aterciopeladas de algunos de los animales y el pelito largo y suave del peluche.
Y una inesperada sorpresa: también hay algunos objetos que brillan en la oscuridad. ¡Esto parece obra de magia para nuestros pequeños lectores! Como encima está relacionado con la imagen de una lámpara, podemos hacer el juego de decirle al peque: ¿Dónde está la lámpara? ¿Y qué ocurre cuando la encendemos? Sí, ¡nos da luz para iluminarnos en la noche!
También nos ha encantado que el libro finalice con la foto de un niño durmiendo en su camita. Tiene incluso una sábana de tela para poderlo arropar en sus dulces sueños.
Palabras asociadas a imágenes
En cada hoja, debajo de la ilustración de gran tamaño, viene escritas en letras grandes y fáciles de leer la descripción del dibujo. Son enunciados cortos con el nombre de cada objeto.
Comenzarán explorando cada página, poniendo expectación con su sentido del tacto y de la vista. Y conforme vayan creciendo, con sus primeros logros en el habla y la lectoescritura las definiciones de cada página les permitirán entender y a practicar.
Al ir leyendo el cuento con nuestro hijo, le ayudamos a que vaya asociando cada palabra y cada sonido con las letras y las imágenes. Es un método muy eficaz para introducirles en las primeras lecturas.
Y sin duda una ocasión fantástica para promover su imaginación, creando nuevas historias a partir de los objetos y animales que vemos. Podemos crear con ellas un maravilloso cuento o hilvanar sucesos que nos hayan ocurrido durante el día.
La rutina de acostarse es un momento de intimidades, de sueños e ilusiones. Debemos convertirlo en una ocasión placentera. Leer junto a él cuentos como Mi primer libro de la noche consigue dos funciones imprescindibles.
Por un lado, acostumbrarlo a un patrón constante, a una especie de ritual en el cual el niño lo asocia al hecho de acostarse. Y al mismo tiempo, lo prepara para dormir en una secuencia sosegada. Con acontecimientos destinados a ayudar a su tranquilidad y relajación.
Ficha del libro
Título: Mi primer libro de la noche
Autor/a: Géraldine Cosneau
Ilustrador/a: Géraldine Cosneau
Edad recomendada: de 0 a 2 años
Número de páginas: 12 páginas
Formato: Tapa dura, encuadernación en cartoné.
Los libros sensoriales son muy divertidos y educativos, a los peques les apasionan ¿no os parece?