Otro nuevo artículo de mi primera cita con Helio. Antes que anda os pido un fuerte aplauso a las chicas cómo C—cín que se prestan a compartir con nosotros cómo se sintieron para que podamos aprender por su propia experiencia algo sobre este mundo que Einstein decidió llamar seducción.
“La genialidad es darse cuenta de lo obvio”.
A riesgo de parecer impresionable, hay frases que usadas en el momento preciso, por muy típicas que a ciertas personas le puedan parecer, me producen una atracción irremediable. Algo así debió pasarme la noche que conocí a Álvaro. Os pongo en contexto: bar, música agradable, cerveza, poquita gente y en compañía de una amiga escocesa muy, muy cercana.
De repente, entran tres chicos que a mi parecer formaban un grupo característico, interesante. Esta vez la intuición acertó. Después de varios encuentros de miradas fortuítas (o no tanto), se acerca a nuestra mesa uno de ellos, imagino que ya sabéis de quién se trataba, y nos dice con bastante salero,
-Aquellos dos chicos de la barra son mis amigos, ¿os importa que nos sentemos a charlar un rato con vosotras?
Silencio…mi amiga y yo nos miramos, sonrio casi inconscientemente y le digo que sí.
Nota Helio: Mi mensaje era sincero y congruente. El qué se lo comunico, el porqué esta implícito y el para qué lo comunico. Mi comunicación tiene que facilitar mensajes reales y que sean fáciles de interpretar.
Rápidamente Álvaro pasó a la acción, me pareció extremadamente extrovertido, y muy ingenioso. Me dio la sensación de que todo lo que pasaba por su mente salía por su boca, sin pasar ningún filtro. Hacía preguntas de todo tipo, propuso varios juegos, que ahora sabiendo más cosas sobre él, podría adjetivar como psicológicos. Nos hizo mojarnos, opinar sobre nosotros mismos y los demás de la mesa, observarnos… Fue un rato muy divertido, nos reímos mucho, o al menos, yo me reí mucho. Sabe jugar bien sus cartas.
Nota de Helio: La mandanga, la diversión y poder conocerse para poder vincularse es el camino más rápido del mundo para que alguien se sienta atraído por ti.
Al cabo de dos semanas o así nos volvimos a ver, en un encuentro cuanto menos interesante, y que desde luego no entra en lo que se conoce como cita estándar. Me propuso ir a…. estudiar! sí, sí…tal y como lo leéis, ESTUDIAR. Y la verdad es que acepté encantada.
NOTA HELIO: ¿Estamos en exámenes? ¿Nos apetece quedar? Pues de una forma natural, sin historias de valor ni rollos…quedamos para estudiar.
La única condición que puse es que llegara después que yo (manías personales…), y la cumplió con creces…estuve al menos media hora esperándolo!!! Será por eso de que lo bueno se hace esperar J
Antes de empezar con la mañana de estudio amenizamos el largo desayuno con una conversación de esas que te hacen empezar el día con energía positiva y optimismo! Los nervios del principio dieron paso rápidamente a la comodidad, al placer de estar con alguien que te transmite tanta energía y que a la vez te escucha atentamente, aunque muchas de tus respuestas no le terminen de convencer! Puede llegar a ser muy cabezota!
En definitiva, no es que esa mañana rindiéramos en exceso en la biblioteca, pero fue una mañana provechosa en el sentido más ámplio de la palabra.
Nota de HELIO: Mi interés en ella justificado, sexualizar gradualmente y de forma sincera…acaban en flamenquerío molón, cómo no podía ser de otra manera.
Comparando con citas anteriores de Helio, se podría pensar que en ésta la seducción brilla por su ausencia, pero, nada más lejos de la realidad. Hay millones de formas de seducir y la suya sin duda es la más natural.