Ayer tuve mis primeros monitores, o correas, como también se le conoce a esta prueba. Aunque realmente no era la primera vez que me los hacían, pues cuando estuve en urgencias a las 30 semanas, también estuve una hora conectada a la máquina.
Quizás os preguntéis por qué he ido a monitores tan pronto, estando de 35 semanas, y la verdad, no tengo una respuesta muy exacta para ello.
Sé que por tener diabetes gestacional, el embarazo de por sí se considera de riesgo, pero por otro lado, conozco casos de diabetes en los que los primeros monitores fueron a las 38 semanas, frente a las 40 semanas de embarazos “sin complicaciones”.
Todo esto siempre dentro del marco de la Seguridad Social de Cataluña. Y lo quiero aclarar, pues la SS no funciona igual en todas las comunidades autónomas (es muy fuerte pero es cierto, y lo habéis visto con la lista de la canastilla del bebé y con la mía) y además, en muchas clínicas privadas también hacen monitores antes.
El caso es que hace dos semanas, el ginecólogo experto en diabetes gestacional que me lleva me mandó a monitores, y ayer tuve dicha cita.

Entré en una pequeña habitación con otras dos embarazadas y cada una nos sentamos en una cómoda butaca. La matrona nos fue poniendo una a una las correas con los monitores conectados.
Para quien no lo sepa, la monitorización fetal registra las pulsaciones del feto y las contracciones que se van teniendo durante ese rato. En la pantalla aparecen estos dos números en grande, y aunque la frecuencia cardiaca si que es fácil de interpretar, el valor de las contracciones desconozco en qué se basa.
Casualmente, este miércoles pasado (es decir, el día anterior) en el curso de preparación al parto nos explicaron como tenía que verse un gráfico correcto de monitores, así que pude aplicar lo aprendido ahí mismo.
La embarazada que tenía a mi derecha, ya había salido de cuentas, pues iba con acompañante y gritaban bastante. El caso es que desde mi sitio podía ver que el pulso de su feto era de 150 pulsaciones por minuto y tenía contracciones con un valor de 100 (repito, este último valor no sé en qué unidades se mide).
Durante la media hora que estuve conectada allí, tuve dos contracciones, ninguna dolorosa. La primera llegó a 49 y la segunda llegó a 56.
Cuando estaba en la segunda, la matrona vino y me preguntó si notaba algo. Le dije que si, que notaba la barriga dura, y fue cuando la chica de mi izquierda, que según su historial que también veía claramente, estaba de 38 semanas, le dijo: “yo anoche tuve contracciones dolorosas“. La matrona revisó su papelito y le dijo: “pues en este rato que has estado aquí no has tenido ninguna, mira, a cero todo el rato”.
Pude ver que el pulso de Bichito se mantenía perfectamente entre 130 y 150, y después de media hora, me liberaron y me citaron para la semana que viene.
Diez minutos después, entré en la consulta del ginecólogo con el que también tenía cita, pues tenían que hacerme el cultivo de estreptococo.
Este cultivo consiste en coger una muestra de flujo vaginal y otra muestra rectal, y comprobar si hay invasión de estreptococo en la vagina, pues al parecer, es bastante común y no tiene porqué ser sintomático.
Si esta prueba resulta ser positiva, es necesario administrar antibiótico durante el parto para evitar que nuestro bebé se infecte, pues podría acarrearle problemas muy muy serios.
Una vez realizado el cultivo, el ginecólogo comprobó el resultado de los monitores y declaró que todo estaba perfecto. Que a partir de ahora iría a monitores cada semana y a él le vería dentro de dos (supongo que me darán los resultados del cultivo). Para acabar, volvió a preguntarme si me había vacunado de la Tos Ferina y le recordé que sí, que lo hice a las 27 semanas.
Esto marcha y en lugar de estar nerviosa como pensaba que estaría según se acercase el momento, estoy muy emocionada. Tengo muchísimas ganas de ponerme de parto (a partir de las 37 semanas, claro), tener a Bichito en mis brazos y celebrarlo con un brownie recubierto de helado de vainilla, pepitas de chocolate y más chocolate caliente por encima, por ejemplo. Así muy gordo y muy dulce todo, jeje.
¿Cómo vivisteis vuestras últimas semanas de embarazo?



