Antes de regresar a Bogotá (nooooooo) por trabajo y por recoger mis cosas, me he refugiado en este lugar perdido entre montañas. Un lugar relajado, tranquilo, seguro y encantador. A unos 4 kilómetros de San Rafael, un pueblo pintoresco que, según me contaron, estuvo durante muchos años sufriendo los ataques de la guerrilla y luego de los paramilitares creados por el gobierno para contratacar a las FARC pero que desde hace cinco años vive totalmente en paz.
Es La Casa Colombiana, un hostal en el barrio del Arenal de San Rafael. Recomendado si os gusta la tranquilidad, respirar aire puro y el sonido de los pájaros desde una hamaca y pasear en la naturaleza o bañaros en ríos.
Una foto de mi oficina de ayer: