En los dominios de la autora romántica Patricia Sutherland, enero de 2018 comenzó con un reto y estos son los resultados obtenidos la Semana Nº 24.
Mi lema favorito :)
Semana 24/2018 – Mis estadísticas.
Cuota diaria al empezar el reto: 2.000 palabras / Frecuencia: 6 días a la semana.
SEM Nº TIPO LU MA MI JU VI SA TOTAL
24/18
Palabras
1.500 4.255 3.718 5.977 5.063 1.873 22.386
Minutos
15 65 55 66 65 20 286Mis comentarios:
A pocos días de que comience el verano y superada la mitad conflictiva del año (relativa a mi reto), me pareció buena idea sustituir la imagen que habitualmente acompaña mis estadísticas semanales por una más colorista (¡me encantan los colores vivos!) y más afín al segundo tramo de mi reto.
Esta frase atribuida a Aristóteles lleva muchos años conmigo como lema de cabecera en mi agenda, en mi corcho y en todas mis hojas de proyecto. Creo firmemente en ella. Es más, me he apoyado en ella para transformar mis obstáculos más pertinaces (ya sabes, esas piedras de nuestro camino con las que solemos tropezar más de una vez) .
Y funciona.
Lo dije en la entrada que inauguró este reto; la regularidad es la clave. Y su principal enemigo es la resistencia mental que se presenta como por arte de magia cada vez que nos proponemos algo que implique pautas a seguir. Para algunas personas la resistencia empieza al saber que se han impuesto una tarea que ha de realizarse en determinados momentos, sí o sí. Esa “obligatoriedad” es el detonante, aunque sepan que es autoimpuesta y que pueden liberarse de ella cuando lo decidan.
Para mí, en este reto, la resistencia comenzó al establecer una cuota de 5.000 palabras. Saber que ya no se trataba solo de sentarme a escribir a diario, y que ya no era suficiente que pusiera dos mil palabras sobre un papel como hacía hasta entonces, sino que me tocaba estirar el músculo mental a tope para alcanzar una cuota que estaba (y sigue estando) mucho más allá de mi “zona de confort”, me dio mucha guerra. Sobre todo las primeras ocho semanas. De pronto, bastaba que me sentara a escribir para que se me ocurrieran mil asuntos más urgentes que atender en ese preciso momento. Necesitaba parar para hacer cualquier cosa; desde “voy a por un café que me estoy durmiendo” hasta “¡ostras, me he olvidado de regar las plantas!”. Excusa tras excusa tras excusa.
Pues vaya gracia, dirás. ¿Hay algún antídoto contra la resistencia? La respuesta es sí. Primero, aceptar que es un proceso natural. Nos pasa a todos, en mayor o en menor medida. Así que lo lógico es esperar que suceda, contar con ello (y no frustrarse o enfadarse porque sucede). Segundo, insistir o, como se suele decir, presentarte a tu cita. En mi caso, es lo primero que hago cada día, no necesariamente a la misma hora, pero siempre temprano por la mañana. Mi compromiso con este reto es que a) todas las demás tareas han de esperar y b) que los incumplimientos tienen que estar fundamentados (*) y previstos con antelación (a menos que sean causas de fuerza mayor, claro está). Digamos que son mecanismos de seguridad que protegen Mi Reto 2018 de mi propia naturaleza
Te asombraría comprobar todo lo que consigues con el mero hecho de “aparecer” sin excusas. Y si no me crees, te invito a que repases mis estadísticas. ¡Las cifras hablan por sí mimas!
(*) Llevo un diario de este reto y dejo constancia en él de las razones por las que un día o semana concreta no puedo cumplirlo.
El próximo domingo regreso con más estadísticas, ¡sigue en antena!
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