Hay una situación frustrante en la que se puede encontrar cualquier particular o empresa. Y es tener contratado un seguro, estar convencido de que posee coberturas para determinados siniestros y que aún así, después de reclamar a la compañía de seguros, ésta no quiera hacerse cargo de la indemnización correspondiente a la que consideramos que tenemos derecho según la póliza.
Sin entrar a valorar la conveniencia de emprender acciones judiciales contra la compañía de seguros, una cuestión evidente es que un seguro que no nos aporta confianza, o que no nos ofrece las coberturas que nosotros esperábamos que tenía, no es la opción más adecuada para nosotros.
Qué hacer si tu seguro no te hace caso
Aquí pueden darse dos posibles situaciones: o que la compañía de seguros esté en lo correcto y en tu caso particular no corresponde reclamar al seguro, o que el asegurado esté en lo cierto y la compañía de seguros está incumpliendo el contrato.
Tanto en un caso como en otro sería importante para ti poder recibir asesoramiento, ya que ante la falta de confianza que esto genera, lo mejor es cancelar el seguro antes de que se renueve y no volver a contratar un seguro con esa compañía.
Vemos, por tanto, que hay diferentes posibilidades:
- Leer bien tu póliza de seguros. Puedes acudir a tu corredor de seguros para analizar la póliza y ver si ésta tiene las coberturas que deseabas y si se ha actuado correctamente.
- Efectuar una reclamación. Antes de emprender acciones judiciales, si estás convencido de que ha habido un incumplimiento de contrato, como consumidor puedes efectuar una reclamación, solicitando una hoja de reclamaciones o acudiendo a la Oficina Municipal del Consumidor de su localidad.
- Emprender acciones judiciales. Si consideras que ha habido incumplimiento de contrato, puedes valorar emprender acciones judiciales. Piensa que vas a tener que asumir los gastos de antemano, por lo que si tuvieras un seguro de defensa jurídica te ayudaría a actuar en este tipo de situaciones, e incluso sería posible que cobraras la indemnización y no tuvierais que llegar a juicio.
¿Por qué mi seguro no me hace caso?
Hemos visto que hay diferentes posibles razones por las que tu seguro no está atendiendo a tu reclamación, aunque podría haber más:
- El seguro se está demorando más de lo previsto.
- No has enviado la reclamación por los medios que indican las condiciones de la póliza.
- La compañía de seguros ha cerrado, o no está operativa.
En cualquier caso, si la reclamación que has realizado a tu compañía de seguros se ha hecho de forma correcta, la Ley 50/1980 establece que el contrato de seguros tiene un plazo de 40 días para pagar el importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber en concepto de indemnizaciones, si proceden. No obstante, eso sólo se producirá una vez que el seguro haya evaluado el suceso, tasado los daños y comprobado si procede o no realizar una indemnización, o reparación.
Por lo general, una compañía de seguros siempre va a ser eficiente en el cumplimiento de los plazos a la hora de evaluar el siniestro, ya que en caso de no hacerlo, sería la primera perjudicada. No obstante, el mayor problema cuando se dice que “mi seguro no me hace caso” suele tener que ver con que ha decidido que no le corresponde hacerse cargo de los daños, según lo estipulado en la póliza.
En estos casos, lo único que puede hacer un asegurado si considera que la aseguradora no está actuando de buena fe, es ponerse en manos de sus abogados para hacer la reclamación de lo que le corresponde según la póliza, y estos le aconsejarán si es o no conveniente hacerlo.
¿No tienes las coberturas que en realidad necesitas?
Una situación mucho más habitual cuando un seguro no nos hace las indemnizaciones que esperábamos es que en la póliza no se contemplaran las coberturas que nosotros considerábamos. En muchas ocasiones, la parte que contrata un seguro no tiene los conocimientos suficientes para evaluar las diferentes situaciones y casuística a las que dan lugar la cobertura de las pólizas.
Por eso, el particular sólo es consciente del problema cuando se produce el siniestro, y se da cuenta de que dicha cobertura no estaba contemplada, o la situación no es la que él esperaba. Es muy importante leer no sólo las coberturas, sino las exclusiones. Además hay que considerar que puede haber otras pólizas que sí que cubran lo que nosotros queremos, por lo que antes de tomar una decisión en caliente, es mejor reconocer el error y cambiar a otra póliza que sí tenga las coberturas que necesitamos.
En cualquier caso, te sería de gran ayuda disponer de ayuda gratuita por parte de un corredor de seguros, que te ayude a entender las diferentes coberturas de las pólizas y pueda evaluar los riesgos a los que te enfrentas para que después no se produzcan sorpresas.
No esperes a que se produzca un siniestro para solicitar una revisión de tu seguro. Si tienes cualquier seguro contratado (seguro de hogar, seguro de salud, seguro de decesos…), pero te queda alguna duda sobre él, ponte en contacto con tu corredor de seguros para que podáis analizar juntos los riesgos y ver si te conviene contratar un seguro adicional, o cambiar de seguro en caso de que tu seguro actual esté a punto de expirar.
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