El día después : He leído con atención en Facebook los comentarios de unos y otros sobre la Diada, el baile de cifras, la exhibición de fuerza y unión por un fin común, impecable organización, las alusiones, opiniones encontradas que se alzan de tono, y la necesidad de ‘escoger’,
Mis sentimientos acerca de la patria :
Hace muchos años tuve una experiencia profesional de 3 meses en Latinoamérica, y compartiendo vivencias con otras culturas descubrí que mi país es la tierra que pisan mis pies. Así que relacioné MI sentimiento de patria como una conexión más o menos positiva entre mi alma con el espacio y el tiempo.
Quizás por esa razón, por los lugares donde he tenido la oportunidad de viajar, que han sido muchos y de diferentes culturas, los he vivido intensamente como un aprendizaje para intentarme quedarme con lo mejor, con una experiencia que nada ni nadiie nunca me podrán arrebatar.
Para mis adentros pienso en castellano porque así me educaron, porque en casa viviamos con mi abuela que era de Segovia, de padres catalanes que entre ellos hablaban catalán. Yo hablo catalán y castellano a mis hijas y mujer según me cae el día.
Vivo en Mallorca, así que como catalán no siento la imperiosa necesidad ni quiero tener la obligación de escoger, porque a la vez me siento gallego con un albariño, andaluz con un pescaito, y mallorquín con una sobrasada, y como no por mis 3 niñas .
Dicho esto, un hecho irrefutable, y es que en 1900 habían 77 países y en 2015 195 , lo cual me indica que la tendencia es que los estados grandes son insostenibles, tarde o temprano el sentimiento del pueblo se rebela con argumentos más o menos creíbles, sobre las ventajas de decidir un nuevo destino, generalmente sobre la base de una más y mejor prosperidad. Lo cual para mi se antoja cuestión de tiempo, y como es lógico los procesos de separación nunca se realizan de forma amistosa sino forzosa.
Lo que no me agrada en absoluto es la manipulación para la consecución del fin, en un proceso de distracción para ocultar el verdadero reto de gobernar en una región económicamente decadente, del fracaso negociador de un sordo Rajoy y un ciego Mas, a la propaganda para ver quien es más, y de la apelación al sentimiento victimista de pueblo oprimido.
Detesto como el que más que se me suban a la espalda, que se aprovechen de mí, pero debo mucho a España y no pienso renunciar a esa riqueza ni a su futuro, como tampoco nadie me va a decir cómo debo sentirme catalán, que es el que siempre nos ha identificado como mayoría : integradores, solidarios, emprendedores, y con sentido común. Desagradecidos, corruptos, intolerantes e incultos los hay en todas partes, y afortunadamente son minoría.