Revista En Femenino

Mi tercer parto, experiencia de un parto sin epidural

Por Padresenpanales @Padresenpanales

El tercer parto ¿se adelanta? Unos dicen que sí que tiene el camino hecho, otros dicen que es como el primero o peor porque el cuerpo no está en las mismas condiciones que en los anteriores partos. Os cuento como llegó mi tercer parto, ¡¡nada que ver con lo que me esperaba!!

El parto de la tercera hija esperaba que se pareciera a lo que ya había vivido en los anteriores partos, rotura de bolsa, contracciones en casa… Pero no… Fue otra experiencia totalmente diferente. Yo esperaba que sucediera de manera similar, y quería esperar más rato en casa de lo que esperé con los anteriores, para pasar menos tiempo en el hospital. Pues todo al revés.

Os cuento.

Mi tercer parto, experiencia de un parto sin epidural

Fecha probable de parto: 31 de enero

Evidentemente en ningún momento pensé en que mi hija naciese en febrero, al revés, daba por hecho que se adelantaría. Me salió tripa pronto, la tripa era más grande que en los otros embarazos, y el comentario popular era que los terceros tienen que salir solos porque tienen el camino hecho.
Además me hice a la idea de que nacería en martes como sus hermanos jaja pero tampoco fue así. Además el último mes de embarazo se me estaba haciendo pesado, y tenía ganas de que terminara el tercer embarazo.

Unos días antes de la fecha probable de parto estuve con contracciones, muy rítmicas durante 2 días. Al final decidí irme al hospital a ver que pasaba, y tras revisar, me dijeron que eran pródromos, que podría estar con contracciones así rítmicas, varios días. Estos pródromos eran contracciones molestas, alguna más dolorosa, pero muy llevaderas, pero claro, como duraban tantas horas (un par de noches sin dormir me pasé), fui al hospital, no fuera a ser que estuviera dilatando suavemente y luego “se me cayera” el bebé. Ojalá eh. En esos días me dio por pensar en los planes de parto, me dio tiempo a hacerme más fotos del embarazo…

Pues nada, me planté en las 41 semanas, en monitores, un jueves.

Justo esa mañana tras levantarme noté el pijama y la ropa interior mojada. Pensé habré roto aguas, pero me cambié y luego probé a saltar y a hacer movimientos “bruscos” y no salía nada. Esa noche había tenido alguna contracción pero pocas y suaves.

A las 9 y poco llegué a los monitores donde tras 40 minutos no salieron contracciones. Después tuve consulta, me hicieron una ecografía rápida y se me ocurrió comentarle lo de por la mañana, y me tomaron una muestra con un bastoncillo para ver si era líquido amniótico. Y sí, enseguida hizo reacción la muestra, era líquido amniótico. La bolsa esta fisurada.

En ese momento ya me dijo la ginecóloga que me atendió que me quedaba ingresada. Le pregunté que cuál era el siguiente paso, y me dijo, ahora te ingresamos y te pondremos oxitocina.

Yo entonces le dije que no quería eso, no quería oxitocina. Le pregunté si se podía esperar a inducir, y aunque no le pareció buena idea, me dijo que sí, que podríamos pasar la inducción al día siguiente por la mañana. Pero que me iba a hacer una maniobra de Hamilton.

Y de nuevo… Dije que no me gustaba la idea de que me hiciera una maniobra de Hamilton. Me la hicieron con la mayor de 39+6 y recuerdo que dolió, y no hizo ningún efecto.

Pero la ginecóloga insistió y me dijo ” es por ayudarte mujer”. Y cedí y al final me hizo una maniobra de Hamilton, que es una separación de membranas, y que se supone que ayuda a que algo se active y comience el parto. La verdad que no dolió, ni molestó. Yo creo que es porque ya estaba todo en proceso de parto.

Ingresada tras una fisura en la bolsa

De la consulta ya nos acompañó un celador a planta a hacer el ingreso en el hospital, no serían ni las 11 de la mañana. Que día más largo teníamos por delante. Paseos por el pasillo una y otra vez, un par de siestas… Y la cosa no se animaba, ni notaba yo que perdiera líquido ni nada.

A las 7 de la tarde o así que pasaron a escuchar el latido del bebé, me ofrecieron una pelota de pilates, y me pareció buena idea. Así que tuve juguetico un rato y a dormir.

Mi marido se marchó a casa a dormir, total, para que quedarse y mal dormir cuando no estaba de parto, estaba tan fresca . De hecho en algún momento dijimos, igual teníamos que haber aceptado la oxitocina, y ha habría nacido y la tendríamos con nosotros.

Me eché pronto a dormir. Pero las enfermeras pasan ronda a las 23h y me despertaron. De paso me informaron de que a las 7 de la mañana del día siguiente me levantarían y a las 8 estaría en dilatación con oxitocina.

Mi tercer parto, experiencia de un parto sin epidural

Comienza mi tercer parto

A la 1:30h aprox. me desperté notando que la bolsa de rompía más, como si abrieras un grifo dos veces. Y a partir de ahí, comenzaron contracciones. Cuando ya llevaba 20′ con contracciones cada 4/5 minutos, salí a avisar. Me dijeron, esperamos un rato más, 15 minutos, a ver si no se paran y te miramos.

Total que pasaron lo menos 45 minutos. Yo tenía contracciones cada vez más seguidas, más molestas. Me puse en la pelota de pilates, me puse música… Y como ahí no entraba nadie a mirarme salí de nuevo a recordarles que estaba ahí con contracciones esperándolas, y esta vez ya entraron y me dijeron que estaba de 5 cm. Y de repente les entraron las prisas.

” Quítate joyas, reloj, prepara la bolsa, recoge todo, nos vamos a dilatación”. Y yo… ¿Pero ya? ¿Que tengo que avisar a mi marido que venga? “Pues llámalo ya!!”

A las 2:35 llegaba él, y yo ya estaba en dilatación.

Pedí que me dejasen de nuevo una pelota, y tras pedirlo 3 o 4 veces me hicieron caso. Yo seguía con mi música y con la pelota.

La sala de dilatación

Al llegar a la sala de dilatación apareció una matrona que me puso una vía (no recuerdo que me hubiera molestado tanto una vía en los anteriores partos), me fue a poner también todos los “cables” para la epidural, pero le dije que de momento no la quería. Me pusieron los monitores, y me dejaron que siguiera en la pelota de pilates.

Al estar moviéndome en la pelota de pilates, la señal de los monitores se perdía, y venían una y otra a reajustarme las cintas en la tripa. A una de ellas le pregunté si sería ella quien se quedaría conmigo durante el parto, y me dijo que no , que sería la que me había puesto la vía, que luego volvía. Pero no volvió.

Apareció al rato otra matrona. Muy maja. La primera de 3 o 4 que al entrar saludó, nos preguntó nuestros nombres, si era chico o chica, el nombre del bebé… y fue la que se quedó con nosotros durante el parto. Ana.

Como seguía sin epidural me quitó el gotero de la vía para tener más movimiento.

Como la señal de los monitores se perdía y tienen por norma que el bebé tiene que estar monitorizado, me puso monitorización “interna”. No sé el nombre exacto, puso algo pegado a la cabecita del bebé. De mí salía un cablecito y así podía tener libertad de movimiento, podía ir al baño, estar en la pelota, etc.

Las contracciones iban siendo más dolorosas, pero la cosa no avanzaba mucho porque la niña venía de cabeza, pero en vez con el cogote, con la frente, y estaba tardando en dilatar por completo. Cuando ya no podía más, dije que quería la epidural. La matrona me dijo que igual me quedaba media hora de parto, que era cuestión de que la bebé se colocase bien. Pero dije que estaba cansada ya.

Firmé los papeles de la epidural, llegó la anestesista, y justo el dolor cambió. Ya no era dolor de contracciones. Era dolor de “quiero empujar”. Había dilatado por completo, y por lo tanto nada de epidural. Ahora se supone que quedaba poco rato. Serían las 6 y media o algo así, quien sabe. El caso es que no podíamos ir a paritorio hasta que la cabeza estuviera ya preparada para salir. Y como seguía con la frente, el proceso fue mucho más lento de lo que esperábamos, de lo que se esperaba también al ser un tercer parto.

A las 8:25 seguíamos igual, empujando a muerte en cada contracción, pero sin acabar de subir ese peldaño necesario para ir a dilatación y que saliera en un par de empujones. Yo ya estaba nerviosa, preguntando que si esto no avanzaba ¿qué pasa? Yo pensaba en ventosa, en que no llevaba epidural para soportar eso… estaba ya cansada. Pero la matrona estaba siempre muy positiva, animándome mucho. Nos dejó un paquete de guantes con el que mi marido me abanicaba, me traía hielos para chupar porque se me resecaba la boca. Me trajo hasta una bolsa de agua caliente para soportar mejor el dolor de riñones que tenía con las contracciones. No sabéis estos pequeños detalles como aliviaban. Detalles que en anteriores partos no me habían ofrecido.

Pero de repente, cuando de nuevo, no podía más, cambiaron las sensaciones, ahora era la sensación de “se sale el bebé”. Por fin había metido la cabeza y ya estaba preparada para salir.

Si ese día oísteis a una parturienta gritar ay ay ay que se sale era yo. Llegamos a la sala de dilatación, y aún hubo que empujar un poco más, incluso hubo un momento que una matrona me ayudó empujando un poco en la tripa (Maniobra Kristeller, petición mía porque no podía más, y casi ni me tocó que la cabeza salió más)

Mi tercer parto, experiencia de un parto sin epidural

Parto natural, parto sin epidural

Total que al final tuve un parto totalmente natural. Sin medicación, un parto sin epidural.

Como os decía en paritorio hubo que empujar un rato más, me dolía como el hueso del culo, como si se me clavase el bebé por dentro, muy intenso ese rato. Pero por fin salió la cabeza, y ya salió del tirón la niña. Y la primera impresión de todo el mundo, ¡pedazo de niña! Se le veía muy redondita y grande, enseguida empezó a llorar ¡vaya energía!

Mientras la matrona sacaba la placenta que se resistió un poco, y luego me cosía un desgarro (me puso anestesia local) que yo ya no aguantaba soportar más dolor por ahí, a la peque la cogió el papi.

No la separaron de mí hasta pasadas 2 o 3 horas. Ni la pesaron ni nada como las anteriores veces. Ahora el protocolo es que el bebé esté con la mamá hasta que sube a planta, (paritorio y sala de “despertar” donde estamos una hora) y allí en planta ya la ven los pediatras.

Tras hacer los “arreglos pertinentes”, fuimos a la sala de despertar, me pudo acompañar mi marido porque no había otras recién paridas, y tras una hora allí de vigilancia a ambas, subimos a planta.

Mil gracias a Ana, lamatrona, por su paciencia y ayuda.

Una vez allí la revisaron, 51cm, 3800gr, y todo OK.

Mi tercer parto, experiencia de un parto sin epidural

Y así empezó nuestra nueva etapa, ahora somos ¡¡Cinco!!


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