Perder el tiempo.
No sé perder el tiempo.
Nunca se me ha dado bien hacerlo.
Incluso cuando no estoy haciendo nada, estoy haciendo algo.
Incluso ahora, mientras la señora del asiento 7E, mira de reojo lo que escribo, incluso ahora que escribo esto, no pierdo el tiempo.
Ya lo dije, no sé hacerlo.
Quiero aprender.
Dejar la mente en blanco.
No hacer nada, sin hacer nada.
Disfrutar de ello.
Igual algún día.
Igual, en ese viaje , el último, mientras el alma se separa del cuerpo, igual en ese momento, perderé el tiempo.
Lo perderé para siempre y ganaré la eternidad.
Disculpe, ¿sabe cuánto falta para aterrizar?
Texto: Carlos David Arzola Mesa