Hoy es ese día que me encanta del año. Es casi un rito y cuando empieza diciembre, lo espero con ansia. Para mí significa el inicio de una época dedicada exclusivamente a pasar tiempo con los míos, disfrutar de no tener horarios fijos durante al menos unos días, y decidir cómo quiero encarar el nuevo año: trazar el mapa que me guiará hacia mis objetivos. Me encanta “rumiar mis asuntos”, dejar que mi lado soñador vuele alto y ver dónde se propone llevarme, y luego, hacer el esfuerzo consciente de dar forma física a esos sueños de alto vuelo.
Sin embargo, incluso para soñar, es necesario poner la mente en la frecuencia adecuada, así que desde varias semanas antes, mis radares están alerta, a la caza de ese concepto que resuene en mí, que vibre en el interior de mi mente cuando lo pienso, y me proporcione la convicción y la fuerza necesarias para soltar amarras y volar. El concepto de este diciembre es el siguiente:
“Solo hay dos formas de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo lo fuera. Yo creo en esta última”.
Lo dijo Albert Einstein; yo lo suscribo al 100%
¡Que 2013 sea para ti un año lleno de milagros!

