La escalera vieja de Mariano. Julio y agosto burbujeando al sol y el mar lamiendo los cimientos de la terraza con las mesas y bancos de madera mientras el aire de sal se va mezclando con sonidos venidos de otras tierras junto a bocatas de atún o jamón y queso y huevos duros, presumiendo de vino y sin café.
La escalerilla al mar con miles de pinturas encima hacia la legua ancha y profunda adentrándose entre el pequeño pueblo de unas pocas casas antiguas donde las barcas se mecen sin playa.
O en las rocas calizas