Revista Cómics

Mi verdadera historia

Publicado el 23 marzo 2011 por Airin
En mi presentación pongo que soy de Osaka, que me gustan los espaguetis y que mi prole la forman una tortuga y una gata. Pero en estos tiempo que corre he decidido abriros mi frágil corazoncito para que sepáis quién es realmente la mente "pensante" que está detrás de este mega-fantástico bloc. Para esta árdua tarea le he encomendado a uno de los mayores expertos en biografías curiosas, a la par que interesantes a más no poder. El ente encargado de escribir estas hermosas líneas es la sandalia del pescador, o los párrocos mutantes que asolan la tierra, como no podía ser de otra forma. Para toda aquella gente con ganas de descubrir a los próximos líderes en dominar la tierra, que se pasen por la sandalia del pesacdor. Una página que no dejará indiferente a nadie.
Mi verdadera historia
Airin Takanawa Custer, la diosa de la maldad, fundamentalista del amor, sacerdotisa de dar por saco, fan incondicional de Tijeritas, musa de José Luis Moreno y su muñeco Rockefeller, delirio barcelonés, portuguesa vendedora de fajas ambulante, titiritera, tartamuda que solo se comunica por medio del silbo gomero, adicta a los lacasitos azules, lectora incansable de cómics manga, anime y fugimori... Todas esas mujeres son Airin.
Hija de un japones de Osaka y una Guatemalteca, nació en la pequeña localidad de Braga, en el norte de Portugal. (Aunque ella dice que nació en Azuqueca de Henares, porque ser portuguesa le da cosica.)
Es conocida su adoración por los fornidos leñadores barbilampiños austrohungaros y por los helados de cucurucho.
Madre de tres hijos reconocidos. Naruto y Manguto, dos gemelos “mu” tontos que dejó olvidados en el Carrefur junto al expositor de yogures Bio, lo que ocasionó que se pasaran varias semanas cagando. Y Mongomeri Clít, un adorable churumbel que abandonó, con todo el dolor de su corazón, en el torno de un monasterio adventista del 7º día por la tarde, una fría mañana de Noviembre. Fruto éste último, de una relación furtiva con Warren Fiumuichino.
A muy temprana edad se hizo bandolera en la serranía de Cuenca. Robaba a los ricos para dárselo a los pobres, y posteriormente robaba a éstos para jugarse los cuartos a las tragaperras. Fue apresada por la policía montada del Canadá y conducida a la prisión municipal de máxima seguridad de Estocolmo, donde cumplió una condena de 2 largos días. Se fugó mangandole el coche al alcaide y se dedicó a ir dando chocazos a troche y moche, ora en una rotonda, ora en un garaje contra una columna.
En la actualidad vive en paradero desconocido con un beduino sordomudo adicto a la chistorra, que la enamora cada mañana con bellas canciones
interpretadas con su organillo...y un violín.
Si quieres saber más de ella visita periódicamente su blog...y serás feliz.

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