Mi Vestido No Es Un Sí

Recuerdo que nos llegaron de India noticias que hicieron saltar las alarmas. En especial, la violación y posterior muerte de la joven Amanat a manos de 6 desconocidos. Parece que se ha convertido en una mártir. Los padres de Amanat esperan que por lo menos su desgracia sirviera para que las leyes contra la violación y los abusos sexuales en la India sean realmente efectivas. 
Amanat murió en diciembre de 2012, después de que seis hombres la violaran en un autobús y la tiraran a la carretera. El hecho ha provocado algo insólito, que la sociedad india salga a la calle y clame por conseguir que un país donde, teóricamente y según la ley, las mujeres son iguales a los hombres acabe con la misoginia de algunos estratos sociales. Estas violaciones no son una vergüenza para el violador, sino para las mujeres que sufren el abuso, pudiendo llegar incluso a obtener el repudio de su familia. La vergüenza debería ser de ellos que la violaron, la tiraron a la carretera con los intestinos al sol y se marcharon sin mirar atrás, sin ponerle una sabana encima. Ahí la dejaron como si fuera una cascara de pipa. 
Una de las consecuencias más importantes tras la muerte de Amanat es que las mujeres se están movilizando. Manifestaciones, declaraciones en prensa,... que van a llevar a la sociedad india hacia una igualdad de hecho, además de la que ya existe en papel. Las leyes de la India contra el abuso de menores son más duras que en muchísimos países occidentales.
Según las estadísticas del Instituto Nacional de Criminología, entre 1953 y 2011 la incidencia de violaciones se ha incrementado en la India en un 873%, tres veces más que todos los demás tipos de crímenes juntos y tres veces y media más rápido que los asesinatos. Hay una violación cada 22 minutos.
Recuerdo que las noticias llegaron... pero parece que ya a nadie le importa, que se cansaron de luchar por cambiar algo injusto. Es el lastre de la sociedad,... que no tienen la suficiente voluntad para seguir reclamando una vida digna.