Revista Infancia

Mi yaya

Por Anaperezllinares

Mi yayaComo ya sabréis por entradas anteriores, el pasado mes de julio falleció mi yayo.
Hasta pocos meses antes de que esto ocurriera, mis abuelos vivían en su casa solos, puesto que mas o menos, y controlándolos mucho,  podían valerse por si mismos.
Pero mi yayo empezó a estar peor y mi abuela, que tiene demencia senil pero que apenas se había manifestado hasta la fecha, empezaba a desorientarse cada vez más. Así que decidimos que una chica les acompañara durante el día, para asegurarnos de que estaban bien atendidos.
Pero al poco de ocurrir esto, mi yayo falleció y mi yaya pegó un bajón importante en el tema de su demencia. Como es lógico en su estado, un cambio tan importante la desorientó mucho. Así que, al poco tiempo, entró en casa una chica interna para atenderla día y noche.
Tanto cambio le sentó fatal a la pobre mujer y cada vez anda peor de la cabeza. Tanto es así que a veces confunde a mi padre (su hijo) con mi yayo,  o habla de el como si estuviera en casa, y la última y más preocupante, dice que su casa no es su casa...y bueno, con la chica que la cuida anda todo el día a la gresca porque, por mucho que se lo explicamos, no entiende que está allí para cuidarle y se enfada porque no se va por las noches a su casa y porque "le mete mano en la nevera"....
A raiz de todo esto, sus hijos han decidido que no puede seguir en su casa, ya que, además de todo, es un cuarto sin ascensor y está hecha polvo, y mi padre planteó el que se fuera a vivir con ellos. Pues va y resulta que como ella lo confunde a veces con mi yayo (con el que no se llevaba nada bien ), y a mi madre le ha cogido manía porque le dice lo que tiene que hacer, no quiere estar en su casa mas que a ratitos, enseguida se va a la puerta diciendo que la tienen encerrada y que quiere irse a su casa...Por otro lado su hija dice que como trabaja, en su casa no la puede tener y yo, desgraciadamente, no puedo hacerme cargo por varios motivos: primero, porque mis padres piensan que no soy yo quien tiene que asumir esa responsabilidad y segunda, que el ambiente en casa sería un poco raro para David.
Así que están mirándole una residencia.
Yo siempre he pensado que las residencias deben utilizarse solo cuando es total y absolutamente imposible cuidar del anciano en su propia casa o en casa de su familia. Y me da mucha pena el que mi yaya tenga que acabar en una que, aunque está claro que estará mejor atendida que en su casa, mas acompañada, etc, no deja de ser un lugar extraño, rodeada de personas desconocidas y con gente a su cuidado que, pudiendo ser mas o menos cariñosas y profesionales, simplemente están haciendo su trabajo.
Tras mirar en varios sitios y buscar referencias de aquí y de allá, han optado por una chiquitita, con solo 25 plazas. De las opciones que se podían escoger, creo que es la mejor, puesto que es la más familiar y la que se parece más a una casa que a un hospital. Pero no deja de ser lo que es. Y como he dicho solo parece una casa y el entorno solo es relativamente familiar. Porque a fin de cuentas ni es su casa ni es su familia.
Y claro, aunque mi padre ya le ha explicado doscientas veces que va a ir allí, ella no se entera mucho, así que cuando la lleven le va a pillar desprevenida. Me parte el corazón imaginar como se puede sentir o que pasará por su cabecita cuando se vea allí. Quizás se lo teme bien, porque a ella siempre le ha gustado tener gente alrededor con quien hablar de sus cositas y últimamente no bajaba apenas a la calle ni hablaba con nadie. Pero quizás no sea así y se sienta abandonada....
Pero bueno, hay que ser coherente y razonable...yo siempre pensé que las residencias deben de ser el último recurso, y en este caso así ha sido. Se han intentado  todas las alternativas antes de llegar a esta, pero ninguna ha sido posible. 
En fin, que las cosas son como son, y sus hijos han tomado esta decisión por su bien. Pero os aseguro que, por muchas vueltas que le daba a veces a como sería el final de mis yayos,  jamás imaginé que sería tan triste y doloroso como está siendo. 
Que duro es ver envejecer a quienes quieres...

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