Revista Libros
Un polémico y tenso thriller para el que el autor de Parque Jurásico se documentó cuidadosamente. Crichton lanza una bomba de tiempo: tras las bondades de la causa ecologista puede esconderse la mentira, la manipulación informativa y el miedo como arma infalible para controlar a la humanidad. ¿Cuánto hay de cierto en lo que leemos sobre el deterioro del planeta?
Según Isaac Asimov, la ciencia ficción “no trata tanto los contenidos científicos como la respuesta humana a los avances de la ciencia”. Precisamente, el argumento central de esta novela de Michael Crichton es la politización de las actuales teorías científicas sobre las crisis ecológicas. En esta novela, el cambio climático no es una amenaza real, sino que la amenaza son los científicos que lo estudian. Sin duda, un punto de vista alarmante. Desde los glaciares de Groenlandia hasta los volcanes de la Antártida, y desde el desierto de Arizona hasta las casi extintas junglas de las islas Solomon, la novela de Crichton lleva al lector por todo el mundo destapando los entresijos de una supuesta conjura mundial entre ciertos poderes fácticos que pretenden manipular la opinión pública sobre el cambio climático para su propio beneficio, o sea que el autor se convierte en un firme defensor de la contaminación causada por los combustibles fósiles.
Según palabras del propio Crichton, es imposible tener ningún tipo de seguridad sobre los resultados que se publican en las predicciones científicas que se están realizando sobre calentamiento global y cambio climático. Precisamente, en algunas de las conferencias que ha ido realizando por todo el mundo y, especialmente, en Europa, para promocionar su libro, ha comparado el apoyo popular a las teorías de cambio climático, con el apoyo que recibió a principios de siglo el movimiento a favor de la eugenesia o de la superioridad de la raza. Según el autor, el cambio climático sería comparable a lo sucedido con las prácticas eugenésicas “para la mejora de la raza” como la esterilización forzada o el uso de cámaras de gas y crematorios contra judíos, negros, discapacitados o lo que se llamó “basura humana”. Crichton denuncia el apoyo popular que recibió la eugenesia sin que ésta tuviera una base científica real, cuando lo que realmente escondía era un programa social estrictamente racista.
Es en este sentido que Crichton compara los “estudios científicos” a favor de las teorías eugenésicas financiados por los gobiernos y ciertas élites privadas, con los actuales estudios científicos sobre cambio climático y calentamiento global. Según él, las medidas correctoras propuestas carecen de base científica y obedecen a grupos con agendas ocultas detrás de este movimiento que esgrimen el falso argumento de que hay personas sufriendo por una causa abstracta. El hilo argumental de su novela trata de destapar los intereses de los grupos de poder que se esconden detrás de la promoción de la trama de la crisis ecológica global, -inexistente según el autor-.
De mi mente surge la cuestión de que este tiparraco está untado por las multinacionales del sector contaminante y con su persuasión como escritor de best sellers patateros intenta lanzar una infamia como esta. El por qué publico esto, para que leáis que existen tipos para todo y yo soy neutral por los cojones.
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