
Según el forense, el estado de salud de Michael Jackson estaba por encima de la media de los hombres de 50 años y no presentaba problemas cardíacos. La Fiscalía afirma que Murray cometió una "flagrante negligencia" que tuvo como causa directa la muerte del cantante al administrarle los fármacos que acabaron con su vida y tratar de ocultar evidencias, mientras que la defensa argumenta que fue Jackson quien se tomó la dosis letal de medicamentos.