Por Henry Bäx (Galo Silva)
(Microcuento tomado de Facebook, del muro del autor)
Luego del Apocalipsis, él caminó solitario por ese mundo destruido. Ya nada tenía vida, incluso, el infinito mar, estaba casi seco. Convertido en el nuevo hombre de las cavernas, erró solitario, hasta que un día halló una mujer. Comprendió entonces que perpetuar la raza humana no era tan importante, sino, el valor de dejar de estar solo.
Quito, 2013
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