Revista Humor

Microcuento: El hogar secreto del monstruo

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Tocaba hacer un relato en el que apareciera un monstruo en el lugar más inesperado.

El hogar secreto del monstruo

Pablito sabía que había un monstruo en la casa y quería echarle pero, por más que buscó en todos los armarios y debajo de las camas, no logró encontrarlo.

El monstruo estaba contento porque sabía que su escondite nunca sería descubierto: la vieja caja de costura de la abuela no se utilizaba desde hacía años y allí, entre agujas y retales, vivía de lo más entretenido, saliendo solo lo justo para alimentarse de los sustos que daba a los pequeños de la casa.

Por desgracia para él, Pablito, harto de llevar disfraces comprados al colegio cuando sus compañeros llevaban otros hechos en casa, decidió aprender a coser cuando sus padres le dijeron que no tenían tiempo para hacer esas cosas. En cuanto abrió la caja, el monstruo se expandió y le dio un buen susto, pero luego el niño se repuso: a la luz del día no daba tanto miedo y por fin podía echarle de la casa.


Al monstruo no le quedó más remedio que marcharse y colarse en la siguiente casa con niños que encontró. De forma provisional, eligió el armario como escondite pero, cuando tuviera oportunidad, buscaría otro recoveco que nadie usara nunca para esconderse: un monstruo nunca sabía cuándo un niño encontraría valor para buscarle e intentar expulsarle de su casa, como había hecho Pablito.

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