RENDIDO
Tan bella como cruel,
tan elegante como caprichosa.
Así es ella, luz y sombra.
Pues a sus pies me hayo,
y sin remedio la sigo
donde no existen los caminos.
CONDENADOS
Eran dos almas errantes, carentes de calor, separadas por un cruel destino que se negaba a encontrarlos en un mismo instante
SOLO ELLA
Nos conocimos una noche mientras dormía. desde ese día, no he podido sacármela de la cabeza. No recuerdo su nombre, pues no me lo dijo. Ni siquiera soy capaz de recordar su rostro. Tan solo mantengo el perfume de su mirada; unos ojos tan salvajes, tan profundamente cautivadores, que me atraparon para siempre.
¿QUIEN ERA?
La oscuridad le cubrió los ojos y sus recuerdos se desvanecieron.
-¿Quien era?
-No lo sé; jamás llegue a conocerla
-¿Y ella?
–Ella, tampoco pudo conocerse jamás.
LA DECISIÓN
Si los dioses me ofrecieran entre la inmortalidad y tus ojos, elegiría sin dudar tus ojos. Pues, para que quiero vivir eternamente en la oscuridad.
MADRE TIERRA
Triste contemplan sus ojos,
como la Tierra agoniza
entre basura y despojos,
brota la sangre rojiza.
Piensa que como es posible
hacerle esto al planeta.
Quiere librar a los hombres,
de su avaricia recela.
CAUTIVO
Cautivo de su alado perfume me encuentro.
-¿Donde está?
-No lo sé
–¿Quien será?
-Que se yo.
ACERO HELADO
En aquel lugar ya no existía el tiempo, ni siquiera aquellos dioses a los que tanto se encomendaban los hombres que allí se daban cita bajo el filo de sus aceros. Todo permanecía en silencio, a pesar del estruendoso entrechocar de las armas y los quejantes chillidos de los caídos en combate.
1916
Los hombres, caían engullidos por las bombas como moscas en la miel. Algunos, tenían suerte y morían al instante; los menos afortunados, agonizaban entre gritos de dolor y súplicas a algún Dios.
Vísceras, miembros amputados y parafernalia militar perdida durante el combate, adornaban aquel terreno, que pocos meses antes había sido un tranquilo y floreciente prado lleno de animalillos, y algún que otro artista en busca de tranquilidad e inspiración para su próxima obra.
TODAS NO SON TÚ
Tienes la fiereza de Boudica, La fuerza de Hipólita, de Pentesilea. Posees la convicción férrea de Juana de Arco, la valentía de Amy Johnson, la inteligencia de Hipatia de Alejandría y la sensualidad divina de Cleopatra. Eres todas las mujeres en una, y a pesar de todo, ninguna de ellas se podría igualar a ti.