Has decidido jugar todo tu capital a cambio de un puñado de fichas y debes estar preparado para conseguir un vehículo. No debes descuidarte. Todo el mundo está ansioso por coger el suyo. Cuando suene el pitido correrás a subirte al primero que pilles.Ya lo tienes. Estás dentro.
Es un coche de color amarillo brillante con un número en la carrocería. Tu número a partir de ahora. El que te diferenciará del resto. Nadie podrá confundirte. Ya tienes una identidad. Has puesto tu ego a salvo.
Se trata de un juego sencillo pero duro. Tienes que dar vueltas y vueltas sin rumbo fijo. Esquivando las embestidas de los demás. Procurando que ellos sepan de tu presencia y te respeten. Hay que golpear y evitar ser golpeado. Hacerse valer. Aprender a base de tirones, impulsos o apelando al instinto.
Pasa el tiempo.
Tu vehículo ha perdido fuerza. Se traba. Se cala. El encargado mira hacia otro lado. No hay ayuda posible ahí dentro. Te sientes perdido en medio de la pista.
Los otros pasan a tu lado. Cada vez más cerca. Al principio solo te rozan. Luego se suceden los choques por delante y por detrás. Es un juego, pero te ves vulnerable con cada sacudida.
Se está consumiendo tu tiempo y no te conformas. Quieres seguir jugando. Aprietas los dientes y lo intentas de nuevo. No puedes hacer otra cosa.
Casi lo logras cuando suena la sirena. Tu momento ha pasado. Debes abandonar la pista. Otro ocupará tu sitio.
Adiós.
Chick Corea - What Game Shall We Play Today/ feat. Flora Purim from Francisco Cerón on Vimeo.