No pienso participar en tu baile de máscaras. Si quieres bailar, baila sola. Desfila ahí delante, que te vean todos. ¡Si en realidad es lo que buscas! Yo me quedo aquí, y te observo. No quiero ser el entretenimiento entre tus actuaciones. Pregúntate quién es el jugador, y quién la pieza. Hazlo, y atrévete a decirlo bien alto si tan divertido te parece. A ver quién sigue la corriente a quién. A ver quién pierde al final... si es que no lo sabes ya. Pero recuerda, pequeña Cenicienta: toda magia tiene fecha de caducidad.