La empresa Daimler-Benz AG (Aktiengesellschaft, sociedad anónima) presentó en el Salón de Frankfurt, en Alemania, en el año 1975, un micrómnibus movido a hidrógeno. Dicho vehículo era un Mercedes-Benz L 307 con una autonomía de 100 a 120 kilómetros.
Este Mercedes-Benz de la serie L 307 era el primero de la marca alemana en tener su motor movido a hidrógeno. Según la noticia de la época era el primero en tener acumulador de hidruro. El depósito tenía una capacidad de 65 litros que podía admitir 200 kilos de granulado férreo de titanio, aproximadamente, con unos 50.000 litros de hidrógeno.
Con esta capacidad del combustible tenía una autonomía de entre 100 a 120 kilómetros, siempre y cuando la velocidad crucero fuera de 60 kilómetros por hora. Según los técnicos de la Daimler-Benz era la velocidad usual en el tránsito interurbano de una ciudad europea para mediados de la década del setenta.
La comparación con un vehículo de propulsión eléctrica, de la misma época, daba un 56% de mejora a favor del vehículo con motor a hidrógeno. Esto era comparando el peso del acumulador de hidruro contra la batería de plomo. Sin embargo se creía que al aumentar la capacidad del acumulador de hidruro los motores movidos a hidrógeno se podrían usar a mediano plazo.
En especial en un uso limitado a camiones y ómnibus de gran tamaño. Luego de estimaciones teóricas, en cuanto a la acumulación, y contando con una red de estaciones de servicio, se podría pasar a usar en el automóvil de particulares.
El micrómnibus Mercedes-Benz L 307 tenía un motor de ciclo Otto de 4 cilindros en línea. La modificación que presentaba era una cámara de mezcla adaptada al uso del hidrógeno como combustible. Las ventajas que presentaba el uso de hidrógeno como combustible eran, no eliminar gases contaminantes y menos ruido ambiente. La fotografía apareció publicada en el diario La Nación el 27 de octubre de 1975.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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