Me observas en silencio con una media sonrisa.
No sé que estás ahí y despreocupada bromeo con mi acompañante.
Tus ojos siguen cada uno de mis movimientos.
Yo, continúo ajena a todo.
Levantó la vista y estás.
Corazón deja de latir violentamente. Mejillas, no os sonrojéis. Piernas, responded.
Camino a tu encuentro, desenvuelta.
Saludo con un gesto y me voy.
Corro, corro y no me detengo hasta llegar a la esquina de la calle.
Ojalá estuviésemos solos para decirte cuánto te quiero.