Revista Salud y Bienestar
Un desarrollo científico de la
Universidad Northwestern en Illinois y la Universidad de Sídney podría ayudar a
aliviar la situación que ocurre en las primeras 24 horas de un infarto agudo al
miocardio, en el que los monocitos, viajan al corazón donde intentan reparar
parte del daño pero, terminan complicando aún más la situación, la masiva
presencia de estas células inflama el corazón, disminuyendo su capacidad para
bombear sangre. Se trata de un nuevo tratamiento que consiste en la inyección
de micropartículas en el organismo que se conectan a los monocitos, enviándolos
al bazo donde son desechados. Las partículas deben ser inyectadas durante las
primeras 24 horas después del evento. Hechas en base a PLGA, un polímero
aprobado por la FDA de Estados Unidos para tratamientos médicos, las partículas
contienen una carga eléctrica negativa, lo que garantiza su conexión con los
monocitos de carga positiva. Al unirse a las células, las micropartículas dañan
a los monocitos y los desvían en su camino: en vez de viajar hacia el corazón,
son enviados al bazo, donde son desechadas. Pruebas hechas en modelos animales
mostraron una reducción del daño en hasta un 50%, con el corazón bombeando más
sangre. El tratamiento también podría ayudar a lidiar con otras enfermedades
inflamatorias, como el virus del Nilo occidental, colitis, síndrome de colon
irritable y la esclerosis múltiple. El Ensayo de esta técnica en humanos esta
previsto iniciarse en 2 años.