PENÉLOPE
La achacosa y vanidosa Penélope de cabellos canos (no en vano habían transcurrido muchos y muchos años desde la partida), oculta tras unos cortinajes, sonreía con malévola sonrisa y se frotaba las manos apergaminadas antes de sucumbir en su fuero interno a sus fornidos pretendientes.
CAPERUCITA I
La cita es en la parada del bus 8A de la calle de Los Encuentros. Ella no puede evitar cierta empatía y mirándole fijamente le dice: Sé cómo te sientes. Y continúa: ya sé de buena tinta que estás muy quemado con tu papel asignado por Perrault y los Hermanos Grimm. Yo con mis poderes, con la pura fuerza pensamiento te doy la oportunidad de cambiar de vida y formar parte de este otro minicuento. Pero deshazte de esa ropa no querrás que te confundan con una vieja loba travestida y, además debes saber, que aunque tengas hambre yo no pienso correr.
Por Atilano Sevillano
![Microrelatos Microrelatos](http://m1.paperblog.com/i/386/3861517/microrelatos-L-FGjY80.png)
![](https://pixel.wp.com/b.gif?host=revistaplumaroja.wordpress.com&blog=60575977&post=2474&subd=revistaplumaroja&ref=&feed=1)