Aquel hombre, extraviado en la selva, encontró una tribu amazónica. Sus pobladores le acogieron con recelo y le observaban desconfiados. Pasadas unas semanas obraba tales maravillas que fue considerado mago: encendía fuego con palillos, arrojaba flechas por un tubo tronante, iluminaba la aldea con un rayo salido de su mano... Decidió enseñarles los trucos de su magia. Rebelados sus secretos perdió su poder. La decepción se apoderó de aquellos hombres: les había engañado, así que le mataron.
Jesús Marcial Grande Gutiérrez