Revista Cultura y Ocio
Los padres misioneros le habían enseñado que Dios hizo el hombre a partir del barro insuflándole su aliento divino... Un amigo le había contado que en Praga un rabino judío construyó con barro el Golem, un ser que le obedecía... El quería una sola cosa intensamente y decidió probar suerte: Lo fabricó con un buen puñado de barro de la acequia. Después lo acercó a sus labios y sopló intentando poner en ese aliento toda su voluntad de creador. Aquel móvil de barro emitió un breve tono de llamada.
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