La estructura que contenía el macro centro de datos fue sumergido a poco más de 30 metros de profundidad, en las costas de las Islas Orcadas de Escocia. Dos años después Microsoft la devuelve a la superficie y hablan de las ventajas de un centro de datos submarino.
El experimento, por demás extraño, comenzó en el verano de 2018 cuando la compañía sumergió la estructura, sellada al vacío y conteniendo más de 860 servidos, en las costas de Escocia. Allí se mantendría por dos años hasta que, el pasado 9 de julio, la compañía hizo la extracción de la estructura.
Si bien aún están recabando los datos exactos, el experimento llamado Natick ha cumplido con éxito su misión. Los expertos de Microsoft informaron que habían colocado un centro de datos similar en la superficie para que sirviese de comparativo.
Los primeros resultados hablan de un fallo de tan sólo una octava parte, comparado con el que se mantuvo en la superficie. Además de que es mucho más eficiente energéticamente hablando, esto debido a que los cambios de temperatura en el lecho marino son mínimos comparados con los que ocurren en la superficie.
La siguiente fase para Microsoft contemplaría poder demostrar que los servidores pueden ser fácilmente reemplazables, una vez su vida útil se acabe. Además de evaluar los métodos de reparación en caso de falla.