Microsoft y el darwinismo

No sé si por pura costumbre o avatares del imaginario colectivo, el ser humano tiende a idealizar y soñar su futuro. Nuestra mente trabaja al 200 por cien cuando se trata de pensar en qué nos deparará la vida, cuál será el destino del hombre y de nuestro planeta. Hasta lo de ahora y, dejando aparte teorías sobre las profecías de Nostradamus y demás personajes similares, las predicciones no han sido muy acertadas.En "2001: Una odisea del espacio", Stanley Kubrick vislumbraba una civilización intergaláctica que, a día de hoy, no se halla ni en sus más remotos albores. Del mismo modo, Isaac Asimov se erigió como dueño, amo y señor de la literatura de ciencia ficción con bosquejos de un mundo, hoy por hoy, impensable. 

Todas las ramas del conocimiento y la cultura han venido mostrando su particular visión del porvenir de  la especie. Y, como a buen reparto del pastel nunca pueden faltar los más golosos, Microsoft se ha sumado a este ejercicio de creatividad, proponiendo cómo será el mundo en el 2019. Así, jugando mano a mano con la teoría evolutiva de Darwin (una vez más, sarcasm mode on), el gigante informático ha seguido fiel a su estilo y nos ilustra, entretiene pero no sorprende con sus pintorescas ideas.