“Me educaron en sentido femenino, y yo no albergaba duda alguna de que fuese una niña. Mi madre me bañaba y me enseñaba a lavarme.
A juzgar por todo lo que ocurrió después, me atrevo a pensar que, en el mejor de los casos, aquella instrucción en higiene femenina tenía un carácter rudimentario. No recuerdo alusión directa alguna a mi aparato genital. Me restregaba con fuerza.
Al aparato de Capítulo Once lo llamaban «colilla». Pero para lo que yo tenía ahí abajo no había palabra alguna. Mi padre era aún más remilgado. En las raras ocasiones en que me bañaba o cambiaba los pañales, Milton procuraba desviar la vista””Middlesex nos habla de la familia Stephanides, desde el año 1922, cuando Desdémona y Leftie (los abuelos del protagonista) se ven obligados a huir de una Grecia tomada por los turcos, hasta la actualidad de Calíope Helen Stephanides (Callie para los amigos), que ya tiene 41 años y está enamorado de una mujer a la que teme perder, por culpa de su dualidad sexual.
Él mismo (¿o podríamos decir ella misma?) nos irá relatando a la vez que deja plasmado por escrito, todos los pormenores de su vida y de algunos de sus antepasados. Nos cuenta que nació chica y fue educada como tal, hasta que en la madurez sexual, su aspecto físico empezó a cambiar.
Yo nací apolínea, una niña de rostro luminoso y enmarcado en bucles. Pero, al aproximarme a los trece años, un elemento dionisíaco empezó a invadir sigilosamente mis rasgos. Mi nariz, delicadamente al principio y luego no tanto, empezó a arquearse. Mis cejas, espesándose más, también se curvaron. Algo siniestro, artero, literalmente «satírico» se deslizó en mi expresión.La culpa de todo la tiene una mutación transmitida de generación en generación que desencadena “El síndroma de deficiencia de 5-alfareductasa” en su cuerpo.
El síndrome de deficiencia de 5-alfa reductasa es un falsificador muy hábil. Hasta que llegué a la pubertad y los andrógenos me inundaron el torrente sanguíneo, resultaba difícil distinguir las diferencias que me separaban de las demás niñas. El pediatra nunca observó nada anormal.En definitiva, ella y sus padres descubren por diagnóstico médico su condición hermafrodita, sus dos sexos y todos la presionan para que se opere y se convierta únicamente en hombre o en mujer.
Uno de cada dos mil niños nace con genitales ambiguos. En Estados Unidos, con doscientos setenta y cinco millones de habitantes, eso arroja una cifra de ciento treinta y siete mil intersexuales. Pero los hermafroditas somos personas como todo el mundo.
¿Conseguirán convencer a Callie? ¿Qué identidad sexual le escogerán para la operación, la masculina o la femenina?Jeffrey Kent Eugenides nació en Detroit en 1960. Novelista estadounidense de ascendencia griega, se licenció en la Universidad de Brown en 1983 y realizó un máster de escritura creativa en la Universidad de Stanford.
Vivió con su familia en Berlín entre 1997 y 2004 y está casado con la artista Karen Yamauchi. Actualmente viven en Princeton, New Jersey.
Sus novelas más conocidas son: “Las vírgenes suicidas” (TheVirgin Suicides, 1993) que fue adaptada al cine en 1999 por Sofia Coppola, “La trama nupcial” (TheMarriagePlot, 2011) y “Middlesex” (2002) que ganó el Premio Pulitzer de ficción en ese mismo año.
Leí varias reseñas con buenas críticas en varios de mis blogs preferidos, así que me entraron muchas ganas de leer la novela de este autor del que ya me sonaba (aunque no he leído) “Las vírgenes suicidas”.
Me ha parecido muy curioso el personaje intersexual de Cal Stephanides, la historia endogámica y de consanguinidad de sus antepasados, que me traían constantemente a la cabeza la imagen de su gen recesivo pasando de generación en generación.
Por otro lado, ponerse en su piel puede resultar algo complicado: con una infancia más o menos normal, pero con una pubertad que saca a relucir la deficiencia de 5-alfa reductasa, que había pasado hasta ahora bastante desapercibida en ella, debiendo cambiar el chip y aprender a ser, a moverse y a comportarse como un chico a partir de su diagnóstico.
En sociedad actúo como hombre. Voy al servicio de caballeros. Pero no a los urinarios, siempre a los cubículos. En el gimnasio utilizo las duchas de caballeros, aunque discretamente. Poseo todas las características sexuales secundarias de un hombre normal salvo una: la incapacidad de sintetizar dihidrotestosterona me ha hecho inmune a la calvicie.Sus problemas al llegar a la edad adulta para encontrar una pareja estable me ha enternecido, aunque él (o ella) no se da nunca por vencido, nunca pierde la esperanza de que alguien le acepte tal y como es por dentro y por fuera.
Cuando salgo de noche en Berlín, animado por un buen Rioja, muchas veces olvido mis circunstancias físicas y me doy esperanzas. Me quito el traje a medida. La camisa Thomas Pink, también. Mis condiciones físicas no dejan de impresionar a la chica con la que salgo. (Bajo la armadura de mis trajes cruzados hay músculos esculpidos en el gimnasio.) Pero mi última protección, mis amplios y discretos calzoncillos, ésos no me los quito. Nunca. En cambio me voy, poniendo cualquier excusa. Me marcho y no vuelvo a llamarla más. Todo un tío. Pero enseguida vuelvo a las andadas. Lo intento otra vez, qué le vamos a hacer.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí me ha gustado, creo que es un buen libro y lo he disfrutado. No sólo porque el tema me ha resultado curioso y novedoso, sino porque está muy bien escrito. Además el argumento te deja pensando y preguntándote en que medida nos influye la genética y la naturaleza y cuanto la educación recibida en nuestra propia identidad sexual.
Es una novela larga , eso sí (casi 700 páginas), pero no se me ha hecho larga (bueno, al final puede que un poquito, vale…).
También reconozco que en algún momento se me hizo un pelín pesado, sobre todo con la excesiva (a mi parecer) descripción de las peripecias de sus antepasados y una historia demasiado detallada de los EEUU (aunque también es cierto que me ha encantado conocer ciertas cosas que no sabía sobre ese país, pero creo que el autor la podría haber aligerado un poquito más).
Resumiendo, una novela muy recomendable y muy bien narrada, con un argumento muy curioso que tiene un poco de todo entre sus páginas: saga familiar, amores, desamores y mucha historia.
Os dejo una entrevista al autor que me ha parecido curiosa, por si os apetece leerla
“Nací dos veces: Fui niña primero, en un increíble día sin niebla tóxica de Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Petoskey, Michigan, en agosto de 1974. Fui ridiculizado por mis compañeros de clase, convertido en conejillo de Indias por los médicos, palpado por especialistas y calibrado por Don Dinero”
Mi puntuación, a pesar de esos pequeños "peros" de los que os he hablado es la máxima: