Revista Educación

Miedo

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Por alguna razón que desconozco siempre fui una niña miedosa y he vivido con ese estigma hasta hace bien poco. Sigo teniendo miedo pero ya soy capaz de controlarlo yo a él y no al contrario. Dicen que el miedo se transmite de padres a hijos y puede ser que lo mamara de pequeña. También creo que la educación que nos daban antes se basaba mucho en esto. Tengo marcadas a fuego ciertas palabras, experiencias, consejos, que estoy segura que influyeron en mí en ese sentido. Mi madre me decía que si alguien se me acercaba gritara, yo le respondía: “‘¿Y si viene a pedirme la hora?”- “No importa, tú grita”. Por suerte jamás me ocurrió, yo creo que tenía más miedo a que alguien se acercara y tuviera que gritar sin saber sus intenciones, que a que me pudieran hacer daño.

Miedo

Foto: Wikimedia Commons

Antes de acostarme revisaba todos los rincones de mi habitación, comprobaba que no había nadie bajo las camas, debajo de la mesa camilla o dentro de los armarios. Me despertaba de noche y era incapaz de mover un músculo, el miedo me invadía hasta el punto de resultarme imposible ir a la habitación de mis padres. Cuando aunaba las fuerzas necesarias era capaz de saltar a la cama de mi hermana, donde me sentía segura a pesar de que ella era muy pequeñita. Tenía miedo de cruzar la calle y me agarraba del brazo del primero que pasaba aunque no lo conociera. Mi pánico por los espíritus, los demonios, las posesiones, ‘el mal’, me dominó durante mucho tiempo. Sigue sin gustarme mucho el tema…

Hasta que entendí que el miedo ‘racional’, como el estrés, es un mecanismo de defensa que nuestro organismo utiliza para mantenernos seguros pasé momentos muy malos. La experiencia y la madurez me enseñaron a enfrentarme a mis terrores.

Ahora sigo sintiendo miedo aunque por motivos distintos y de una forma diferente, pero esto daría para otro post.


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