El miedo a Dios es más frecuente de lo que pueda parecer. Hay personas que son conscientes de que lo tienen, aunque prefieren no hablar de ello, o incluso puede que lo consideren normal, aunque les gustaría no tener miedo y en el fondo saben que esto es un obstáculo para su relación con Dios.
Otras personas saben que algo pasa, que hay alguna dificultad en su vida espiritual, pero no se han parado a analizar el origen o incluso puede que tengan miedo de descubrir que tienen miedo. Otras, por la educación que han recibido, opinan que el miedo a Dios es algo lógico y natural y que incluso “es bueno para su vida espiritual”.
El miedo a Dios puede originarse por varios razones. Puede ser que la persona tenga miedo de todo y este miedo se proyecte también hacia Dios, puede que sea un miedo difuso a lo desconocido, o más bien este miedo sea originado por la falsa idea de un Dios que quiere que seamos perfectos, que nos vigila y contabiliza nuestros pecados, y que nos reprocha el haber tenido que morir por nosotros en la Cruz.
Los hay también que se consideran muy cercanos a Dios y que dicen muy orgullosos que lo que único que les asusta es alejarse de Él, ofenderle. ¡Esto es absurdo! Si alguien quiere a un hijo o a un padre, o a su marido o su mujer, ¿puede tener miedo de hacerle daño? Si yo amo profundamente a alguien no puedo perjudicarle, o si lo hago , será sin querer, y por tanto ni yo ni esa persona puede culpabilizarme por eso. Por tanto el que ama profundamente a Dios no puede tener este miedo ni ningún tipo de miedo.
¿A ti te gustaría que tu marido, tu mujer o tus hijos te tuvieran miedo? Que "sentimientos" le atribuyes a Dios para pensar que disfruta con nuestros miedos.
El miedo a Dios es un sentimiento que no es inspirado por Dios, más bien puede ser inspirado por quien nos quiere alejar de Él. Por eso es importante tratar de reflexionar profundamente, y poner los medios necesarios, en gran parte psicológicos para acercarnos a Dios sin temor. Si conocemos el Amor que nos tiene es imposible tenerle miedo. Si recibimos ese amor que nos da gratuitamente y no a cambio de nuestras buenas acciones el temor nos abandonará porque Amor y Miedo no pueden permanecer juntos.