Miedo a las risas ajenas

Reír es una actividad muy buena para el cuerpo humano, a la par que divertida, y supone un gran placer en casi cualquier momento. No obstante, alrededor de un 2% de la población padece lo que se denomina como gelotofobia, o miedo a que los demás se rían de uno.

Calificada como fobia no común, la gelotofobia aún no se ha estudiado lo suficiente como para disponer de mucha información, pero por lo que se ha podido averiguar, este trastorno se relaciona directamente con la sensación de hacer el ridículo delante de terceras personas.

Para un afectado, el proceso empieza cuando oye a alguien que empieza a reír, y asocia directamente este gesto como un ataque personal. Los síntomas suelen ser claros e incluyen temblores, sudoración excesiva, mareos, preocuparse más de la cuenta e incluso estados de depresión.

Pese a que se da en todas las edades, la gelotofobia es mucho más corriente en adolescente y personas jóvenes, que en mayor medida suelen cumplir algunos de los factores de riesgo, entre ellos la timidez, la fobia social, la inseguridad personal, el desánimo o la vergüenza.

Dependiendo del grado de gravedad del afectado, este tipo de fobia social obligará al tratamiento profesional con psicólogos que puedan ayudarle y reconocer sus miedos o las causas por las que ha pasado para terminar adquiriendo la gelotofobia.

Los profesionales de la salud mental recomiendan que el mejor tratamiento sea la prevención, y señalan especialmente a los padres que deben estar al tanto de las conductas de sus hijos pequeños, y es que la mayoría de fobias sociales se origina durante esas edades.

Así, al niño o adolescente no se le debe humillar, ni en casa ni en el colegio. De la misma forma, que el afectado se vea sometido a sarcasmos continuos, falta de socialización o situaciones intencionadas de ridículo e inferioridad va a propiciar un empeoramiento de su diagnóstico.