Sorprendentemente la mamá de Carlota llevaba una cámara de fotos y, como pueden ver, la niña, de dos años está tranquilamente tumbada como si estuviera tomando el sol en Taití, Cancún o Varadero.
Se quedarían sorprendidos de lo bien que se lo pasan los niños en mi consulta, modestia aparte. Hasta los 18 meses la mayoría de las visitas son algo traumáticas porque se les ponen las "banderillas" -vacunas.