Revista Diario

Miedos

Por Mamareciente
Cuando me preguntan qué prefiero tener, niño o niña, respondo que me da igual y que lo importante es que venga sano. Aunque suene a tópico y a frase hecha, es lo que realmente siento. Hace días que pensaba en escribir sobre esto, concretamente sobre el hecho de que en un segundo embarazo estoy más preocupada aún si cabe por la salud del bebé que se está formando, porque ahora sé lo que es tener un hijo, y lo que más deseo en el mundo es que esté sano.Y entonces aparece la tiroides. Parece que no es algo grave pero desde luego es una alteración imprevista, una desviación de la normalidad. Un pequeño susto al principio. Acostumbrada a que en todas las analíticas me hayan dicho siempre “estás como una rosa”, es un jarro de agua fria el comentario contrario,del tipo “tenemos que ver esto con más detalle”. Y desde la ignorancia todo se magnifica y me asusto.

Me derivaron al endocrino y me atendió una doctora fenomenal. Una doctora que me ha tranquilizado, así que confio en que todo va a ir bien.Me explicó sin escatimar en tiempo o detalles qué es lo que me pasa, por qué puede o no puede ser, qué pronóstico cabe esperar, que otras cosas pueden pasar, etc. etc. Una médico encantadora, que me dedicó tiempo y atención. Este no era el tema inicial, pero ojalá todos los médicos fueran así.



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