Revista Medio Ambiente
Incendio en un eucaliptal el lunes pasado en Sevares (Piloña, Asturies)
Durante las últimas semanas hemos visto como el sur de la Península se iba inundando día tras día debido a una sucesión de borrascas y de lluvias muy intensas. La gran cantidad de agua caída provocó el desbordamiento de muchos ríos y el anegamiento de las tierras situadas en sus orillas. Hacía muchos años que no llovía tanto y durante tanto tiempo seguido en esa zona. Paradójicamente, esas borrascas han venido asociadas a vientos del sur y por eso gran parte de la cornisa cantábrica se ha librado de esas lluvias torrenciales debido a la protección de las cadenas montañosas, como la Coordillera Cantábrica o los Picos de Europa.
Pero los vientos del sur han traído otras consecuencias. Estos vientos calientes que han sido prácticamente contínuos durante las dos últimas semanas han secado el suelo y han animado a muchos amigos de la cerilla y el mechero a poner en práctica uno de sus hobbies: quemar el monte. Por otra parte, la intensidad de esos vientos ha avivado algunos fuegos que comenzaron como simples hogueras haciendo que alcanzaran grandes dimensiones, quemando extensas zonas de bosques, matorrales y plantaciones de eucaliptos. Desde hace 10 días he tenido varias jornadas nocturnas de trabajo de campo y el espectáculo que veía cada día era dantesco. En el trayecto desde Uvieo hasta Cangues d'Onis hemos llegado a contar más de 14 incendios en una sóla noche, algunos a menos de 100 metros de localidades habitadas. El lunes pasado un incendio con varios focos ardía al lado de la localidad de Sevares (Piloña, Asturies), muy cerca de varias casas habitadas.
Siempre me llamó la atención la impunidad con la que actúan estos individuos, que amparándose en la disculpa de la limpieza del monte se van paseando prendiendo fuego a cualquier mata de zarzas o toxos, sin importarles en absoluto las consecuencias de sus actos. Ha llegado a ser una costumbre tan normal que a pesar de que llevamos 10 días viendo como se quema Asturies, en los periódicos regionales no ha salido apenas ni una línea refiriéndose al tema. Sencillamente no es noticia, hasta que no se produzca la primera víctima, entonces vendrán los políticos a darnos discursos sobre responsabilidades, sobre planes de choque contra los incendios y a hablarnos de civismo.
Incendio cerca de Uvieo la semana pasada
Las plantaciones masivas e indiscriminadas de eucaliptos, "la especie más bondadosa del mundo", como recientemente ha afirmado el presidente de ENCE, están convirtiendo Asturies y todo el norte de la Península Ibérica en un polvorín. La alta capacidad de combustión de esta especie, que presenta un alto contenido en alcoholes volátiles, hace que los incendios que afectan a estas plantaciones sean muy peligrosos y difíciles de sofocar. El plan propuesto por la empresa ENCE de plantar 300.000 nuevas hectareas de suelo asturiano con estos árboles, y que no ha sido mirada con muy malos ojos por la administración regional, habida cuenta de las fuertes inversiones públicas que se han realizado en su planta de Navia, acabará por convertir este "Paraíso Natural" de cartón piedra en terreno valdío y muerto.
Mientras tanto, los amigos de la cerilla y el mechero siguen campando a sus anchas, haciendo su particular agosto en el mes de marzo, y disfrutándo del espectáculo desde las ventanas de sus casas.