Hay autores que un buen día llegan a nuestra vida y nos convencen de tal forma que leeríamos cualquier cosa que escribiesen, incluso si el género no se adaptara a nuestros gustos. Eso es lo que me ha pasado a mi con Inma Chacón, me gustó tanto Tiempo de arena, que en cuanto salió publicada Mientras pueda pensarte me lancé de plano a por ella. Ni siquiera miré de que trataba la novela, y cuando vi que el tema giraba en torno a los niños robados, me deshinché un poco.
Me concederéis que el tema en los últimos años ha estado muy manido y no siempre se le ha tratado con el respeto y decoro que merece. Sin embargo le di un voto de confianza a la autora y no me ha defraudado, la sensibilidad con la que ha tratado el robo de niños es exquisita a la par que ha introducido otros temas que giran en torno a ese principal que me han parecido muy acertados. Además de que nos ofrece el prisma para ver la misma realidad desde distintos puntos de vista.
Pero como siempre comienzo la casa por el tejado, y más vale ir paso a paso para llegar a comprender porque esta novela me ha gustado tanto y cuales son las claves para encarar su lectura.
La autor@:
Inma Chacón nació en Zafra, Badajoz en 1954. Es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Documentación en la Universidad Rey Juan Carlos. Fundó y dirigió la revista Binaria: Revista de Comunicación, Cultura y Tecnología.
La princesa india fue su primera incursión en el mundo de la narrativa, a la que siguieron Las filipinianas y Nick, una novela juvenil donde se cuenta una historia de amor a través de la red. También ha publicado los poemarios Alas, Urdidumbres, Antología de la herida y Arcanos.
En 2011 fue finalista del Premio Planeta con Tiempo de Arena, un relato apasionante sobre las herederas de un hacendado español a finales del s.XIX y principios del XX.
Sinopsis:
"No se quién soy". A los cuarenta años, Carlos, un publicista de éxito, descubre que quienes creía que eran sus padres no lo son. Él fue dado en adopción de forma ilegal con la complicidad de un médico, una monja y un taxista. Cuarenta años antes, en una casa cuna de Valladolid, Maria Dolores, una joven soltera, da a luz un bebé. A las pocas horas del alumbramiento le comunican que el niño ha muerto de una extraña infección. Pero algo en su interior le dice que las cosas no son lo que parecen.
Inma Chacón inicia así una novela emotiva y sobrecogedora, llena de angustia y suspense, una novela de vidas paralelas que caminan afanosamente con el único objetivo de conocer toda la verdad.
Esta sinopsis es la que la editorial publica en la contraportada del libro y aunque no me convence la prefiero a revelar algún dato importante.
Impresiones:
La novela toca muchos temas y todos de una forma muy elegante, y sencilla, con una sensibilidad exquisita, sin recrearse en el sensacionalismo del que han hecho gala muchos programas de televisión, el tema es lo suficientemente duro como para no hacer leña del árbol caído, no quiero ni imaginar como me hubiera sentido yo en cualquiera de los dos lados, es decir siendo un niño robado, o siendo una madre a la que le han robado su hijo.
Entre los temas que trata quizás uno de los más punteros es la identidad, tanto Carlos, como Jose Luis no saben quién son, en el caso de Carlos el problema se ve agudizado porque sus padres adoptivos nunca supieron demostrarle amor. Cuando uno llega al éxito profesional y económico y siente que hay algo que ensombrece su vida debe ser muy triste. La autora apuesta fuerte y comienza con esta frase tan contundente. No sé quién soy.
Otro tema importante es la maternidad, y esta la podemos ver desde varios prismas, porque todas las mujeres de esta novela son madres, excepto Alba, la abogada que ayuda a Jose Luis a buscar a su madre biológica. Por un lado tenemos a Angustias incapaz de darle amor al niño que compra tras la muerte de su bebé, una mujer que como su propio nombre vivió siempre apenada, dolorida, incapaz de superar esa pérdida. En el lado contrario se encuentra Amparo, una mujer que recurre a la compra de un bebé en el que vuelca todo su amor y todavía le queda para darle a Carlos. Y también encontramos a Maria Dolores, una mujer a la que le arrebataron a su hijo, nunca superó la pérdida pero fue capaz de formar otra familia y de volcarse en ella. Tres formas distintas de vivir la maternidad, a ella le podríamos sumar la abuela Mila incapaz de querer a su hija y de perdonarle su desobediencia y sin embargo, se vuelca en el cuidado de su nieta, Maria Dolores.
Hay un pasaje sobre la lactancia que me ha parecido precioso y enternecedor protagonizado por Angustias cuando se pone en el pecho por primera vez a su hijo adoptivo en el taxi que la llevará de Valladolid a Valencia.
Poco a poco, el pecho del que mamaba el pequeño se le fue vaciando y ablandando, al tiempo que el otro se le endurecía y tensaba, rebosante de leche.El bebé había apoyado su mano abierta junto al pezón y , de vez en cuando, pellizcaba la piel de la madre en un gesto de intimidad que habría conmovido a cualquiera pero que ella trató de ignorar levantando la vista, deseando que todo aquello terminase cuanto antes.De la boca del recién nacido se escaparon algunas gotas blanquecinas que permanecieron en la comisura de sus labios sin llegar a derramarse.Ella no quería mirar, pero miraba. Su cuerpo no quería sentir, pero sentía. Su mente quería evadirse de los espasmos que la convertían en mujer y animal al mismo tiempo, pero no lo conseguía.(Pág 45)
El amor es otro de los grandes temas de esta novela. Nos encontramos con varias historias de amor, la de Mila por su marido Vicente truncada por la guerra Civil. La de Urbana y Rufino, los padres de Maria Dolores, truncada por la muerte de Urbana. La de Maria Dolores y Zósimo, tan breve como intensa. La de Maria Dolores con su santo, con ese hombre que vivió a su lado convirtiéndola en una reina. E historias menores, la de Angustias y Martín, los padres adoptivos de Carlos, o la de Amparo y Antonio, los padres adoptivos de Jose Luis.
Junto al amor encontramos distintos tipos de familia, porque unos yo otros viven de una forma distinta, se organizan de un forma distinta y expresan su cariño de forma diferente. Muy distinta es la familia que funda Maria Dolores de la que ha tenido en el pueblo hasta ese momento, muy distinta la formada por Angustias, Martin y Carlos, de la de Amparo, Antonio y Jose Luis.
Sobrevuela toda la novela la memoria histórica, puesto que la abuela Mila vive en un pueblo donde los efectos de la guerra civil se viven de forma muy intensa, allí los odios se manifiestan de forma contundente, separan familias e incluso separan a padres de hijos. Los últimos años de la historia de España son visibles en muchos de los fragmentos de esta novela. Hay pasajes que a mi me han resultado duros, como cuando la guardia civil detiene a Zósimo y lo tortura y posteriormente detiene a Maria Dolores.
Y por último el tema estrella el robo de niños, o la compra de niños. Este comenzó en las cárceles, a las republicanas se les separaba de sus hijos, en aras de un bien socio político que nunca he entendido, muchas se separaban voluntariamente de ellos por no verlos crecer dentro de la cárcel, a otras se los arrebataban. Terminada la guerra continuó un negocio que como poco era lucrativo y rompía el corazón a muchas mujeres que no han sabido, ni han podido olvidar. En esta ocasión nuestros padres satisfacían anualmente los intereses por las compras de sus hijos, una hipoteca que les duró toda la vida. Un precio a pagar demasiado alto.
Pero ante todo Mientras pueda pensarte es una novela coral, una novela con una gran multitud de personajes, tanto en el presente como en el pasado, historias que se entrelazan y personajes que llegan y desaparecen. Todos ellos dibujados con gran mimo por la autora, todos ellos bien definidos y con un papel principal o secundario pero necesario para el desarrollo de la trama. Imposible sería hablar de todos ellos, porque necesitaríamos páginas y páginas y posiblemente os aburriría. Me gustaría resaltar a dos por la fuerza que transmiten, por la personalidad que tienen, por lo mucho que me han llegado.
Maria Dolores: Por razones que descubriréis si os acercáis a la novela tuvo una infancia poco común, feliz a su manera, pero marcada por odios y diferencias que nada tenían que ver con ella. Se enamoró de Zósimo y siendo todavía una niña quedó embarazada. Dio a luz en la casa cuna de Valladolid donde le comunicaron que su hijo había muerto a las pocas horas por una infección. Ella nunca creyó al médico y dedicó toda su vida a buscar a ese niño que le arrebataron. Su fortaleza es impresionante, su entereza ante las negativas a investigar admirable. Un ejemplo a tener en cuenta, porque no encerró la cabeza, siguió adelante formó otra familia y desplegó amor a espuertas.
Carlos: Un publicista de éxito, con una infancia marcada por el desapego. Desde pequeño sospechó que no era hijo de sus padres, la genética no podía ser tan caprichosa, despierto e inteligente ponía en un brete a su padre con preguntas acerca de su procedencia. Por casualidad descubrió quien podía ser su madre y los descubrimientos le llevaron a querer no haber abierto nunca esa puerta. Por eso se niega a ayudar a Jose Luis en su investigación.
Estos son los personajes principales, sus historias corren paralelas, lo que nos cuentan ambos está narrado en primera persona, y el resto por un narrador omnisciente en tercera persona. En un momento dado ambas confluyen y por el camino el lector queda noqueadado, porque la realidad puede ser más increíble que la ficción. Lo que esas mentes eran capaces de pergeñar era impresionante. Aunque no quiero olvidar a la abuela Mila, una mujer que ha despertado en mi sentimientos contradictorios, desde la admiración, hasta la reprobación.
La autora divide la novela en tres partes, en la primera nos presenta a Carlos y a Maria Dolores, los grandes protagonistas de esta novela Coral, nos presenta sus realidades, llama la atención la llaneza de Maria Dolores, su sencillez. Sienta las bases de la trama con una Maria Dolores niña, su infancia, su enamoramiento, su embarazo, su parto, su hijo perdido. Al mismo tiempo conocemos a los padres de Carlos, el viaje a Valladolid, el adelanto del parto, el niño muerto, el niño adoptado... Como transcurre la infancia de Carlos junto a Jose Luis un niño en la misma situación que él, sus correrías.
En la segunda parte Jose Luis al que su madre le ha confesado que es adoptado busca la complicidad de su amigo Carlos para investigar y se encuentra ante un muro de incomprensión. Jose Luis no comprende pero los lectores descubriremos que pretende Carlos con esa negativa.
En la tercera parte se resuelve toda la trama de una forma que duele, quizás no era la forma que nos hubiera gustado. Las carambolas son impresionantes, que cerca estaba la felicidad y ni siquiera llegaron nunca a sospecharla. Las dos historias confluyen la de Maria Dolores y la de Carlos, y el final supongo que satisfará a todos los lectores, aunque por el camino se hayan sacrificado muchas cosas.
Conclusión:
Si has tenido paciencia para leer toda la opinión ya sabrás que recomiendo infinitamente esta lectura. Inma Chacón con un lenguaje sencillo y a la vez hermoso, ha sido capaz de dignificar un tema que muchas veces, por no decir la mayoría de las veces, se ha tratado de forma sensacionalista, hasta el punto de llegar a ser cargante.
Nos encontramos ante una novela coral, con una gran multitud de personajes, sin embargo todos ellos son fácilmente identificables, en ningún momento el lector se siente perdido, ni en la historia presente, ni en la pasada, quizás ayude el hecho de que no se repiten los nombres, y que todos principales y secundarios están bien dibujados.
Grandes temas confluyen en esta novela, la maternidad, el amor, la memoria histórica y la compra/robo de niños, la trama está bien hilada, se va desarrollando ante nuestros ojos, al tiempo que nuestros sentimientos montan en una montaña rusa que nos llevara de la sonrisa al tristeza en cuestión de segundos, es imposible no empatizar con Maria Dolores, sentir dolor por su perdida, y al mismo tiempo enfadarse con ella cuando no es capaz de disfrutar de la vida que tiene. Es imposible no sentir antipatía por Carlos cuando se muestra más chulo que un ocho, y al mismo tiempo no sentir ternura por él al verlo tan desvalido cuando la vida lo apalea.
Inma Chacón con esta novela sabe tocar todas la fibras del corazón humano, y dignifica una búsqueda, que en ocasiones ha sido elevada a espectáculo por muchos programas de televisión. Un homenaje a todos aquellos que aún hoy continúan con la búsqueda encontrándose con el muro de la burocracia que les impide hacer justicia y encontrar al hijo que un día le fue arrebatado.
Muchos son los puntos que se me quedan en el tintero, pero es que esta novela daría para un buen debate y para unas cuantas horas de entretenida charla.
Retos:
25 españoles
marzo: mes de la familia
libros musicales: Mi