Mierditemas y opinionología

Esta es la adaptación de un patético hilo de tuiter que puse el otro día en esa red social, más por hastío que por una lectura profunda de la situación. Juzguen ustedes mismos (o mejor no, qué cansinos todos juzgándolo todo, por favor):

"(Leer con voz de Félix Rodríguez de la Fuente): Les opinólogues, esa especie tuitera que, lejos de estar en la lista roja, no solo no está en peligro de extinción sino que se multiplica sin control. Con un ochentero gen televisivo (enraizado en los primeros sapiens de patio) enfila su próximo campo de expansión y abarca generaciones, dejando claro que NO NOS QUEDA NÁ. A veces son personas normales que sufren una traumática transformación y, de la noche a la mañana, opinan sobre prácticamente CUALQUIER COSA. Eso sí, el tema en cuestión debe ser de actualidad (o, en su defecto, un mierditema, es decir, algo mundano maquillado de AHORAESTOESSUPERIMPORTANTE -y no nos habíamos dado cuenta- YHAYQUEABORDARLOOMORIREMOSTODES).

Pero ojito, gentes de tuiter, que ese gen lo llevamos todes. Está ahí, latente, amenazante... Tétrico FIN".

¿Y qué pasa al final con tanto eco en un círculo tan pequeño y triste, donde rebotan y rebotan opiniones de todo tipo sibre absolutamente todos los temas?

Pues que me imagino a todo quisqui opinando y a nadie de receptor del mensaje, todos emisores, opinando a cholón. ¡PERO SI NADIE TE ESCUCHA! ¡No importa, el caso es opinar porque lo que yo digo es importaTU OPINIÓN DE MIERDA!

P.D.: Ojito, opinar es importante, pero tenemos sobredosis de opinólogos/as que no tienen ni idea del tema que están tratando, y de eso me quejo. Que una cosa es opinar sobre un tema que se conoce y controla y otra que lleguemos de tertulianos de bar a hablar de algo de lo que no tenemos ni idea. Qué hartura de opinionología.