Estamos en plena migración de limícolas, esas aves que corretean sin descanso en nuestras playas, estuarios y arenales mientras buscan alimento incesantemente. Ahora están de regreso desde sus cuarteles de invernada, y se detendrán el tiempo justo para repostar y recuperar fuerzas para llegar a tiempo al norte de Europa, donde se reproducirán.
Muchos de ellos ya lucen sus mejores galas y otros aún tendrán que mudar el plumaje durante el viaje. Cuando lleguen no habrá tiempo que perder, ya que el verano en el norte es muy corto y en poco más de tres meses ya deberán emprender el camino de vuelta hacia el sur. Tienen el tiempo justo para aparearse, poner los huevos y criar a los pollos.
Si estos días nos acercamos a muchas de las playas y estuarios del litoral nos encontraremos con ello y si nos fijamos podremos reconocer muchas especies distintas. Chorlitejos, correlimos, zarapitos, y agujas, todos ellos con tamaños y formas distintas, cada uno adaptado a capturar un tipo de alimento. Unos tienen picos y patas cortas nos con patas cortas para correr por la arena y atrapar presas en la superficie, otros tienen patas largas para vadear los charcos. Cada especie está adaptada a un tipo de alimento y han evolucionado para obtenerlo.
Es muy importante que no los molestéis ni dejéis que vuestros perros los acosen y les hagan marcharse antes de tiempo. Tened en cuenta que aún les queda un largo viaje para llegar a su destino y que van con las reservas justas y no pueden desperdiciarlas.