Florencia
Un amigo, muy interesado en temas culturales y artísticos y buen conocedor de Florencia, me envía esta colaboración que recoge unaexperiencia personal muy poco conocida en relación con "el taller" de Miguel Angel. Aunque la fotografía no tiene mucha calidad, sí tiene valor como documento o anécdota de interés. Y de paso nos sirve como pretexto para "encontrarnos" con una figura que supera el límite de la genialidad en la H ª. del Arte como arquitecto, escultor y pintor. Lo transcribo a continuación.
Basílica Santa María del Fiore
"Miguel Angel y Florencia"
Hace tiempo entró en mi correo un archivo muy curioso, decía que el escritor francés Stendhal fue el primero en observar y describir un fenómeno que le ocurría a muchas personas que visitaban Florencia y cuyas consecuencias también él padeció.Fué en el año 1979 cuando una Psiquiatra estudiando más de 100 casos le dió el nombre de síndrome.
Cúpula de Miguel Angel. Basílica S. Pedro. Roma
El síndrome de Stendhal conocido también como el síndrome de Florencia consiste en padecer arritmias, mareos, desorientación, sudores, etc. una vez que se han visitado algunos monumentos de la ciudad. Y es que el poder envolvente del arte en Florencia es de tal magnitud que una persona sensible a la belleza suprema no puede permanecer indiferente ante tanta acumulación de obras de arte.
Estudio. Miguel Angel
Cuento ésto porque, mientras leía los síntomas, no podía salir de mi asombro ya que eran exactamente los mismos que yo padecí y en el mismo lugar, a la salida del templo fraciscano de la Santa Croce donde están las tumbas de Miguel Angel, Maquiavelo, Dante, Galileo, Leonardo y muchos más.La belleza de Florencia necesita un tiempo para ser metabolizada y no me cabe duda que ejerce sobre los visitantes una atracción dificil de explicar.
Tumba de Miguel Angel. Iglesia de Santa Croce
Por todo eso tenía que ser Florencia la cuna del mayor artista de todos los tiempos. Tenía que ser Florencia la ciudad que destila belleza y Miguel Angel el más insigne de sus hijos. Tenía que ser Florencia el lugar donde se dá la perfecta simbiosis entre arte y artista.
Tenía que ser Florencia...
Estudio. Miguel Angel
Si tuviese que hacer un trabajo sobre el mayor Genio de la Humanidad no tendría sentido realizar una recopilación de su obra extensa e intensa porque eso ya lo hacen los estudiantes de Secundaria. Tampoco un tratado biográfico sería interesante. Las nuevas tecnologías te sirven al momento los datos que se pretenden obtener y aunque la obra de Miguel Angel está repartida entre su ciudad natal y Roma, toda la información está disponible en un periodo muy pequeño de tiempo.
Estudio para Adán. Miguel Angel
Ante una obra de Miguel Angel hay que trascender el momento, preparando la mente, olvidando problemas y dejando que la energía espiritual que dimana de su obra, vaya penetrando por los poros de la piel hasta sentirse envuelto en una cálida sensación de paz y armonía.
La creación de Adán. (Fragmento). Miguel Angel
En Florencia hay muchos lugares donde se puede percibir esas sensaciones pero hay uno que a mí personalmente me impresiona. Junto a la iglesia de S. Lorenzo, las colas de turistas van entrando en las Capillas Mediceas y saliendo a la calle una vez que consideran que han visto lo suficiente para poder contárselo a sus amigos a la vuelta.
David. Miguel Angel Galería de la Academia
Pero a nadie se le ocurre visitar el taller del Maestro. De hecho está cerrado y si alguien pregunta, los vigilantes se hacen los tontos, a menos que recurras a la llave mágica que todo lo abre y que se traduce en algunos euros. Una vez que el vigilante de turno está conforme con la mordida, te lleva por una escalera a una puerta que, una vez abierta, todo es posible... Ante nuestra mirada aparecen bocetos, que se superponen en las paredes encaladas del recinto, de las grandes obras de Miguel Angel pintadas al carboncillo como puede apreciarse con cierta dificultad en la foto de abajo.
Dibujos de Miguel Angel
Si quisiera comunicar lo que ví y lo que sentí no me queda otra opción que acudir al silencio como máxima forma de expresión...
Jose Francisco López Puerto