A mitad de la pasada década y tras una dilatadísima trayectoria, Miguel Bosé se propuso y consiguió sorprender a propios y a extraños con un disco realmente novedoso. Es cierto que en “Sereno” de 2001 se podían atisbar ciertos retazos de lo que Miguel terminaría concretando 4 años más tarde en “Velvetina”, pero las corrientes e inquietudes electrónicas no se mostraban de forma tan evidente; véase sin ir más lejos que el éxito que más se recuerda es “Morena mía” de aquel disco que suponía el primer disco de temas nuevos de Bosé desde “Laberinto” de 1996, puesto que entre medias anduvieron “11 Maneras De Quitarse Un Sombrero”, que es un disco de versiones y el recopilatorio “Lo Mejor De Bosé”.
En 2004, sin embargo, Miguel Bosé decidió dar forma y editar un disco que se nutría de composiciones de otros, en su gran mayoría nuevos talentos compositores, que vino a denominarse “Por Vos Muero”, que incluía aquel “Olvídame tú” y que nos mostraba en portada a un elegantísimo Bosé. Con este antecedente inmediato, nadie pensaba que lo que iba a venir después fuera una propuesta tan radicalmente distinta.
El caso es que “Velvetina”, protagonista del post de esta semana, y con el que retornamos a la figura de Miguel Bosé tras mucho tiempo de aquel post en el que nos centramos en “Salamandra” de 1986, irrumpió a comienzos de la primavera de 2005 con fuerza de la mano de la sugerente y arriesgada “Down with love” con el controvertido y en parte escandaloso videoclip en el que aparecía el mítico actor español de cine x Nacho Vidal. “Down with love” no sería un espejismo ni un engaño, ya que “Velvetina” en sus 13 cortes ofrecerá una propuesta electrónica que en ciertos pasajes resulta más extrema y valiente incluso. Pasemos a su escucha.
Comenzamos con ese juego de acentos en su título planteado por “Ójala ojalá”. En algunos momentos de esta pieza Bosé apuesta directamente por el techno casi industrial y si no céntrense en su estribillo. Un arreón potente de inicio de obra, con un regusto amargo en su melodía y que en su videoclip contó con una estética e imagen cercana a la URSS y al comunismo; al respecto hay que apuntar que en la edición coleccionista de “Velvetina” (la que yo adquirí por 4,99 eur. en las rebajas de enero de 2006 en el Carrefour de San Fernando de Henares), se incluía un dvd con un videoclip para cada una de las canciones. No comentaré todos los videos, sino los que más me llaman la atención. Podremos escuchar 2 temas de corte relajado a continuación. Llegamos primero a la preciosista “Aún más”, que conjuga a partes iguales solemnidad, efectos clásicos y matices electrónicos. Realmente interesante, oscilante, embriagadora y por lo general muy bonita. “No se trata de” deja de lado la monumentalidad y elementos clásicos de “Aún más”, para ofrecer un medio tiempo agradable. En el 4º lugar nos encontramos ante la gran joya oculta del disco, al menos para mi gusto. “Hey Max” es uno de los temas más intensos y arriesgados del disco. La electrónica es potente en las partes del estribillo, aunque otras partes suenan misteriosas y decadentes. En la letra Miguel, para quien se pierda en esa mezcla de inglés y español de la misma, critica el trato que se le da a los inmigrantes ilegales y el videoclip, fabuloso, para mi gusto igualmente el mejor de todos, muestra a Miguel en un fotomatón, en el que la gente hace con él lo que quieren (siendo igualmente una buena metáfora del maltrato o exclusión social que sufren los inmigrantes ilegales); de hecho, la fotografía del post corresponde a una captura de un momento del videoclip, que me pareció adecuada. Un tema movido, muy electrónico, pero muy humano en el fondo y contundente, que llama claramente la atención. “Celeste amor” destaca sobre todo en su estupenda introducción, con esas melancólicas notas de piano. Posteriormente el tema evoluciona a un medio tiempo que por otro lado forman el 2º núcleo duro de “Velvetina” confrontados con el sector de electrónica acusada. Buen corte, que cede el testigo en el siguiente capítulo a “Ella dijo no”, otro ejemplo de electrónica rotunda y potente. Esa parte de la letra “entonces el rey ordenó a sus eunucos: “traed de inmediato a la reina para que todos los empresarios ante su belleza se rindieran, se rindieran””, es chocante, pero de una rítmica sin posibilidad de discusión. El videoclip, con una protagonista bastante disoluta y la representación de su particular día a día y por otro lado con un teatral Miguel Bosé, tampoco deja indiferente a nadie. “Ella dijo no” es otro de mis temas favoritos del disco. Se alterna nuevamente una sacudida con un momento de relajamiento sonoro, ya que “De la mano de Dios” es sumamente placentera y se encarga de mecernos en sus leves sonidos durante los próximos minutos para posteriormente enfrentarnos a la curiosa “La tropa del rey”.En esta “La tropa del rey” de sonido marcial decadente, Miguel hace una buena crítica política y social, la cual puede pasar desapercibida si no estás muy atento a lo que dice Miguel. “Verde canalla” muestra ciertas inquietudes electrónicas, de tintes extraterrestres o espaciales, sobre todo en sus primeros compases, para sin embargo volverse una pista realmente accesible en su estribillo, en el que sin esos adornos electrónicos, casi nos podemos encontrar ante una animada bossa nova. “Paro el horizonte” nos puede engañar en sus primeros pasos, llevándonos a acertar que sea un medio tiempo marca de la casa particular de este “Velvetina”, pero sin embargo llega el estribillo, tan luminoso y vitalista, en el que Bosé se acompaña de coros que hacen ver a esta pieza como un ejercicio único en su clase dentro del disco. Gran tema fue, y un rotundo acierto escogerlo como 1er. single, “Down with love”. Ya he mencionado que fue controvertido porque en el mismo aparecía Nacho Vidal en porretas y tal, pero la composición es de una electrónica llevadera, muy rítmica, animada y muy luminosa. En ese estribillo malamente entendíamos que Bosé decía “El amor es locura”, pero por lo visto dice otra cosa, lo cual comprobé tras comprarme el disco y ver el libreto detenidamente. “Down with love” es una canción elegante, muy bien elaborada y que como single bandera del disco es inmejorable para adelantar parte de los valores electrónicos que Bosé plantea en el mismo. “Tu mano dirá” ofrece partes de una delicadeza pasmosa, con algunos arreones de intensidad que te dejan impresionado. Y es que a estas alturas y cuando vamos llegando al final de la obra, descubrimos que “Velvetina” tiene uno de sus puntos fuertes la alternancia de esas 2 vertientes: lo radical y lo íntimo o comedido. 2º single fue la manierista y de gracioso videoclip, con esas marionetas que el mismo Bosé protagoniza, “May day”. Las referencias a Constantino Kavafis me llamaron la impresión desde la primera vez que la escuché. Es curioso, pero este capítulo final forma del “Velvetina” es quizás el tema más pop y alejado de los extremos de la obra. Para dar más relevancia a ese trallazo que es “Ella dijo no”, se dispone un remix como epílogo de este fabuloso disco editado por Miguel Bosé en 2005.
Realmente “Velvetina” no fue un exagerado éxito comercial para Bosé. De hecho, y a vista de más de 6 años de su lanzamiento, me da la impresión de que tanto sus 2 trabajos anteriores “Por Vos Muero” y “Sereno” tuvieron una mejor acogida y sus primeros sencillos “Morena mía” y “Olvídame tú” fueron más populares que “Down with love”. Luego, si encima el pobrecito mío de “Velvetina” se da de morros con el posterior y desbordantemente exitoso “Papito”, que alargó su promoción más de 2 años, el trabajo para que este ítem conste a día de hoy como un disco en parte maldito dentro de la historia de Miguel Bosé está hecho.
El posterior “Papito” en efecto hizo que el recuerdo de “Velvetina”, este disco de portada con un dibujo sencillo de la silueta de Bosé, se disipara y más si cabe ya que del mismo no se incluyó ningún dueto para este recopilatorio con ninguna estrella que le permitiera tener cabida en esa fiesta o celebración de Bosé en forma de nueva entrega discográfica. “Cardio”, último disco nuevo de Miguel, es bueno, pero se aleja de esa novedad y riesgo que suponía “Velvetina”.
¿Quizás es que “Velvetina” fuera demasiado arriesgado? ¿Quizás ni muchos de los fans antiguos de Miguel Bosé lo entendieron? Todo es posible, pero el caso es que a esta gran joya, que desde su primera escucha me gustó muchísimo y que me supone un gran placer musical cada vez que lo recupero para mis sesiones de música en casa y con buenos alimentos, se le está empezando a poner un cariz de disco maldito en cierta manera, que si cabe hace que me guste más por ese punto de incomprendido que tiene.
Merece la pena detenerse en su listado de canciones (de hecho, aquí no veo ni un tema flojo; recuerdo que un lector montó en cólera en el post anterior sobre “Salamandra”, por el simple hecho de que dijera que la canción “Todo un hombre” no me llamaba especialmente la atención), para poder bailar con esas secciones electrónicas tan movidas e intensas o dejarse llevar por las sutilezas delicadas o elegantes que también ofrece en su interior. Sea como fuere, es el ítem que, cuando se van a cumplir en unos pocos días 6 años desde que me lo compré, he estimado rescatarles para esta semana y en particular para esta entrada y salida de año que nos toca; además, para ello “Velvetina” también es muy apropiado. Sin más, y recordando que esta próxima semana tampoco habrá programas de estreno en nuestras emisiones (seguiremos con repeticiones), desearles un buen 2012 y que en el mismo sigan en nuestra compañía.