El otro día, quería hacer un postre especial, pero lo cierto es que no tenía ni demasiado tiempo ni muchas ganas de hacer algo muy laborioso, así que decidí cocinar unos Miguelitos pero a mi manera.
La receta de los Miguelitos es muy sencilla y con ellos siempre quedas bien, lo único es que yo les di mi toque personal que hoy os cuento.
Receta de Miguelitos a mi manera
Ingredientes
1 base de hojaldre ( yo compré la base de hojaldre con mantequilla del Lidl, pero cuidado porque suele costar mucho de despegar)
1 bolsita chocolate para fundir del Lidl
200 gr de nata ( 35% grasa como mínimo)
40 gramos de azúcar
Preparación
Precalentar el horno a 180ºC.
En este caso, en lugar de hacer unos Miguelitos rectangulares como se suele acostumbrar a hacer, los hice redondos, para ello, tomé un vaso de los pequeños y fui cortando círculos. No hace falta cuchillo, solo con presionar un poco con la parte abierta del vaso, ya salen los círculos cortados.
Tomé una bandeja de horno y la forré con papel de hornear. Fui colocando cada círculo, dejando suficiente separación entre ellos.
Después los metí en el horno y, primero con calor por abajo, dejé que fueran hinchando, después los doré por encima. Dejé enfriar.
Mientras tanto fui preparando la nata, un paso muy sencillo, por 200 gramos de nata se echan 40 gramos de azúcar, esto puede variar en función de si os gusta más o menos dulce. Con unas varillas fui montando la nata.
Después, fui cortando por la mitad las bolas de hojaldre y las rellené con la nata.
Por último, coloqué los Miguelitos en una rejilla, calenté la bolsita de chocolate del Lidl unos 40 segundos, y fui echando el chocolate por encima de estos pastelillos. Dejé enfriar un minuto y los metí en la nevera.
Podéis hacer la decoración como os guste, yo, encima del chocolate eché unas virutas de chocolate negro. Si no queréis echar chocolate fundido por encima, podéis hacer los clásicos Miguelitos, con azúcar glass. En lugar de la nata también podéis rellenar los Miguelitos con crema pastelera, o también podéis hacerlos con cabello de ángel. todo es cuestión de echarle ganas e imaginación.