Sucedió en Enero en Madrid, compartía concierto con el gran Fredi Leis, y hasta ese momento nunca había tenido la suerte de escucharla, tras varias canciones quedé prendido de la musicalidad que desprendía. No sé de lo que me enamoré antes, si de su guitarra (una bellísima Gibson) o de su voz.
Aunque tal vez fuera por sus canciones intimistas, que se me clavaban dentro con cada acorde y que parecían bailar dentro de mi estómago, incluso algunas horas después de que el concierto hubiese finalizado. Es la magia de una gran canción, sigue sonando aún cuando la guitarra está en la funda.
Cuéntame cual es la distancia entre tus dientes y si cabría mi nombre entre ellos. Ven, deja que con la punta de los dedos acaricie cada uno de tus miedos y les cante canciones. Esta será la más romántica y más psicópata misión de amor que jamás hayamos vivido.
No te arrepientas, que ya recogerán otros el resto de la culpa mientras nosotros seguimos con los pies en el vuelo.
Pero si decides dejarmetocado y hundido contaré nuestra historia tras estas paredes, recordando aquellos tiempos en que te dejaba escrito “no me sueltes” en cualquier papel en blanco.
Tras el concierto se vendía una maqueta fabricada de forma artesanal titulada “Ya no somos superhéroes” que os recomiendo conseguir si tenéis la oportunidad de asistir a cualquiera de sus directos. Yo no lo hice y todavía me estoy arrepintiendo del error, aunque gracias a bandcamp tengo la forma de enmendarlo.