Vea el lenguaje extraverbal del un padrino y su agente.
Foto: AP
Donald Trump ha explotado esa veta y de la cloaca miamense sacó al nuevo embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo. Nacido en Long Island, pero criado en Miami, Trujillo apoyó a Trump durante la campaña electoral de 2016 y asistió a la toma de posesión del mandatario. También fue parte de la delegación estadounidense en la reciente Cumbre de las Américas en Lima, donde tuvo palabras agresivas para Cuba, y ha estado trabajando en la OEA desde las últimas semanas.
Alabado por Marco Rubio al confirmar su nominación en el senado de la Unión, lo definió como una persona "con una sólida comprensión de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica" que ha servido a los ciudadanos de forma "diligente" desde su escaño en la Cámara Baja de Florida.
Trujillo, que es legislador en la Cámara de Representantes de Florida desde 2010 defendió durante su audiencia de confirmación en el Senado, celebrada en noviembre, la necesidad de que los países del Caribe "entiendan la importancia" de la situación humanitaria y política que atraviesa Venezuela, la crisis regional que más preocupa a EE UU.
Asimismo, valoró positivamente el trabajo del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y en concreto las audiencias que ha impulsado para determinar si hay base para denunciar a las autoridades venezolanas ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Trujillo se comprometió en noviembre a defender la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano supuestamente autónomo de la OEA, a la que aseguró que contaría con una financiación adecuada.
Trujillo parece estar sobrepasado. Foto: AP
Al jurar su cargo este miércontes en una ceremonia formal el nuevo embajador estadounidense ante la OEA, celebrada en la Casa Blanca, el vice presidente Mike Pence, este dijo que trabajar por la libertad en Cuba, Nicaragua y Venezuela es prioridad para el gobierno de Donald Trump.“El hemisferio occidental es una prioridad crucial para Estados Unidos porque la seguridad y la prosperidad de nuestra región afectan directamente la seguridad y la prosperidad del pueblo estadounidense”, dijo Pence.
Dijo que en Cuba “sigue vivo” el “legado de tiranía” de los líderes de la revolución comunista de 1959 de Fidel y Raúl Castro, a pesar de la muerte del primero y la reciente salida del poder del segundo. “Se cierne sobre ese país como una nube, oscureciendo el futuro de todos los que llaman hogar a esa isla”, afirmó.
Sobre Nicaragua, añadió que el gobierno de Daniel Ortega “ha reprimido brutalmente” al pueblo que recientemente se ha alzado “en protesta pacífica”. Ortega, un exguerrillero de la revolución sandinista de 1979 que preside el país desde 2007, enfrenta desde el 18 de abril manifestaciones en su contra, que dejan ya más de 40 muertos.
“Y en Venezuela, bajo el mandato del dictador Nicolás Maduro, una otrora floreciente democracia se ha desintegrado en una dictadura. Y lo que alguna vez fue la nación más próspera de Sudamérica se ha convertido en una de las más pobres”, apuntó Pence. “Nos mantendremos al lado de todos los que anhelen la libertad y enfrentaremos a sus opresores”, enfatizó el vicepresidente, que el próximo lunes dará un discurso ante el consejo permanente de la OEA para reafirmar el compromiso de Estados Unidos con la región.
Como se ve los representantes imperiales no cambian el lenguaje anquilosado y maniqueo, sin matices, sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, que esconde la realidad (Pincha y tuitea).
El vicepresidente dijo a Trujillo que su responsabilidad en la OEA, que acaba de cumplir 70 años de existencia, será “forjar alianzas más fuertes en pos de los intereses de Estados Unidos”.
“Espero trabajar diligentemente con esa determinación y nunca vacilar hasta que Venezuela, Cuba, Nicaragua y el hemisferio occidental sean libres”, dijo Trujillo.
Lo que parece ignorar el flamante embajador Trujillo, es que su trabajo diligente no lo salvará del fracaso que la OEA lleva en su ADN, aunque por el momento, satisfaga junto a Pence y Trump, a los ultraconservadores contra los países que dicen querer ver democráticos, silenciando a los verdaderos antidemocráticos como en Honduras, por ejemplo.