Mikel Erentxun (Caracas, Venezuela, 1965) está de vuelta con 'Corazones', su nuevo disco en solitario, en el que relata y reflexiona sobre la cardiopatía que le llevó al hospital, y que de alguna manera funciona como un ejercicio de autoafirmación, grabado en analógico y con casi todo tocado por él mismo.
"A lo mejor es por la edad, soy un viejo nostálgico, pero me gusta mucho cómo sonaban los discos de finales de los sesenta, con todas sus imperfecciones", resalta a Mercadeo Pop, para después añadir: "Led Zeppelin cometían muchos fallos... Jimmy Page es el tío que más fallos comete tocando la guitarra que yo conozca, pero me encanta. Los Beatles ni te cuento. Bob Dylan está desafinado permanentemente".
Tras lanzar esta afirmación, Mikel lamenta que nos hayamos "vuelto todos locos con la tecnología y el perfeccionismo elevado al cubo". "No me gusta nada cómo suenan los discos ahora mismo. Por eso Corazones suena diferente, porque he grabado en analógico, y por eso está lleno de cagadas. Pero la suma de imperfecciones puede ser una gran cagada o algo maravilloso. Y creo que hemos dado con algo estupendo", subraya.
En esta línea, asegura que "la música ahora no tiene personalidad", en lo que considera una extensión de una sociedad en la que incluso "todos los coches suenan igual y no puedes distinguir un Volvo de un Ford". "Todos los discos suenan igual y es muy difícil que algo te sorprenda. Al final te sorprende el último disco de Bob Dylan porque hace versiones de Frank Sinatra a su manera", plantea.
Así las cosas, no sorprende que diga que su música favorita es la de "finales de los sesenta". Y aún va más allá en sus postulados: "En aquella época la música tocó techo y el punk fue el postre. Ahí se murió el rocanrol y no ha habido nada nuevo, todo son revisitaciones. Yo compro y escucho mucha música actual para saber qué se hace, pero termino enganchado al de Led Zeppelin que me falta de la colección".
Con estos planteamientos define casi sin querer Mikel Erentxun el sonido de Corazones, un nuevo disco como solista que llega dos años después de sus severos problemas de corazón. "Yo pensaba que me quedaba allí, y decidí que si salía del hospital iba a hacer un disco que hablara de esa experiencia", rememora.
Así, añade que por su génesis misma es ya un trabajo "distinto y especial, el más personal" de su trayectoria musical, que abarca ya treinta años tanto con Duncan Dhu como en solitario. Además, "todas las canciones están escritas en primera persona y, para rizar el rizo", él mismo se ha encargado de tocar prácticamente todos los instrumentos, con la ayuda del productor Paco Loco.
"Las maquetas siempre las grabo yo solo. Y cuando Paco Loco escuchó la maqueta le encantó y dijo que ya estaba el disco hecho. Por eso Paco me ha enseñado, entre otras cosas, a valorarme como músico. Al fin he descubierto que soy el músico que más me gusta para mis canciones. Ahora en mi banda de directo todos tocan mejor que yo, pero a mi me gusta más cómo las hago yo", explica Mikel con cierta sorna, para después avisar de que Corazones tiene "una actitud mucho más punk y es más cercano al rock" que los más recientes temas de Duncan Dhu.
En pleno frenesí comunicativo y creativo, Mikel terminó con 20 canciones que quiso incluir en este nuevo disco, que al final llega a las tiendas con 16 -las cuatro restantes verán la luz en verano con forma de EP-. Y como peculiaridad, en todas ellas aparece la palabra corazón. "En algunas era ya cabezonería y entraban con calzador", admite entre risas.
Llegados a este punto, comenta Mikel Erentxun una reciente visita inesperada al local de ensayo, nada menos que de la mismísima policía. "Se quejó una vecina", relata encantado de la vida, mientras añade con evidente orgullo de rockero: "No me había pasado nunca, y eso que estábamos en un pabellón industrial de Mondragón bastante alejados del mundo. Pero allí se presentaron los agentes, así que ahora por fin tengo esta anécdota para contar".
ENTREVISTA PUBLICADA ORIGINALMENTE POR David Gallardo EN EUROPA PRESS