"Por primera vez en mi carrera, ni una sola guitarra acústica. No hay teclados ni sintetizadores, solo un par de pianos, un arpa, eléctricas, bajo y batería. Pocas armonías, muchas voces dobladas y muchos coros". Así define Mikel Erentxun su próximo álbum, El último vuelo del hombre bala, a la venta el 10 de mayo.
Como anticipo, este viernes presenta La vereda, un primer single con un riff de guitarra propio de The Clash y en cuyo videoclip aparece Mikel con una Gibson Les Paul y chupa de cuero.
Toda una declaración de intenciones, aunque sin perder esa capacidad innata para las melodías pop, tampoco se ha pasado al punk de combate. Aunque la portada del single en blanco y negro también tiene ese puntito.
Es en 2014 cuando comienza a grabar su trilogía de El Puerto de Santa María, en los estudios de Paco Loco, su productor habitual desde entonces.
Inaugurada con el doble álbum Corazones, continuó con El hombre sin sombra (2017) y ahora llega el tercero y cierre: El último vuelo del hombre bala (Warner Music, 2019).
Esta última época en la discografía de Mikel se caracteriza principalmente por la búsqueda de la pureza del sonido analógico, por la utilización de metodologías de grabación propias de los grandes alquimistas del registro en cinta.
"Un disco distinto, muy balanceado, muy luminoso. Eléctrico", concluye Mikel Erentxun.